martes, 29 de marzo de 2011

PARO, EMERGENCIA DE SALUD PÚBLICA

El desempleo puede multiplicar por siete el riesgo de contraer enfermedades mentales


Joan Benach

La última gran crisis del capitalismo, generada y aprovechada por banqueros, grandes empresarios y gobiernos conservadores, ha aumentado la desigualdad, la pobreza y el desempleo en el mundo, una gran parte de cuya población está desprotegida. De los más de 205 millones de parados, solo el 13% tiene protección social, y solo una de cada cinco personas accede a una pensión y a la protección de la salud. En España, unos pocos años de profunda crisis han empeorado dramática y desigualmente el desempleo, el más alto de los países ricos. Las cifras lo dicen casi todo: España ha generado uno de cada 20 nuevos parados en el mundo. Desde el 2007 se ha pasado de 1,7 a 4,7 millones de parados (del 8% a más del 20% de la población activa) afectando más a los jóvenes (43%), inmigrantes (más del 30%) y clases sociales pobres con menos educación (43% en analfabetos y 30% con educación primaria frente al 11,7% y al 2% en quienes tienen educación superior o doctorados). En 1,3 millones de hogares nadie tiene trabajo, hay un millón de parados de larga duración (más de dos años), y 1,5 millones de parados sin ingresos.


Aunque mucho menos visible que un terremoto o una inundación de grandes proporciones, el brutal impacto del paro sobre la vida y la salud de la población comporta una situación que cabe calificar como de emergencia nacional. El paro produce una incontable cascada de efectos que incide sobre muchos aspectos cotidianos. La inseguridad de parados y trabajadores incrementa la desesperanza y el miedo, la xenofobia y la violencia. La amenaza de quedar sin trabajo se convierte en un mecanismo disciplinario y de presión sobre la clase trabajadora, que aumenta a medida que crece el desempleo. El paro paraliza carreras profesionales, reduce la autoestima, genera estrés psicológico y numerosos riesgos que dañan la salud. Aumenta la probabilidad de enfermar, tener problemas de ansiedad o depresión (tres veces más que en quienes trabajan), engancharse a drogas como el alcohol o tabaco, morir prematuramente o suicidarse.

Los problemas empeoran en las familias obreras, los pobres y las madres solas con hijos. En los parados sin subsidio, por ejemplo, los problemas de salud mental se multiplican por tres si son profesionales y por siete si son obreros, riesgos que se reducen mucho cuando hay ayudas. Tras cada dato, se esconde una invisible retahíla de historias vitales llenas de desesperación, lucha y dolor: «Estoy sin trabajo y pago un préstamo hipotecario, si dejo de cobrar me quitarán el piso, no quiero ni pensarlo»; «soy una madre de 35 años desesperada, en poco tiempo me veo en la calle y sin nada, tengo una hija de 13 años a la que no puedo ofrecer nada»; «en casa vivimos ocho personas, con tres niños, solo una trabaja y no entran ingresos, estoy dispuesto a robar si es necesario para sacar adelante a mi familia»; «voy a cometer alguna locura si esto no se arregla»…

Los efectos del desempleo sobre la sociedad y la salud pública son la punta del iceberg de otras condiciones de empleo. Junto a los desempleados oficiales hay parados encubiertos (quienes dejan de buscar trabajo), subempleados (quienes quieren trabajar más horas o buscan un trabajo más regular), múltiples formas de autoempleo marginal y empleo informal (actividades laborales remuneradas sin cotizar a la Seguridad Social de las que se benefician empresarios sin escrúpulos) y la precariedad laboral (asalariados inseguros con salarios bajos, alta vulnerabilidad, escasa protección y derechos e incapacidad de ejercerlos). A diferencia del paro, los indicadores de esos empleos son mucho menos precisos o no existen. Por ejemplo, la elevada cifra de contratos temporales (25%) no refleja la situación real de precariedad laboral que se distribuye desigualmente (90% en mujeres obreras inmigrantes jóvenes, por 20% en hombres profesionales españoles mayores de 30 años). La precariedad, o trabajar intermitentemente con periodos de paro y precariedad, daña la salud: a peor situación laboral, peor salud.

Las políticas neoliberales que flexibilizan una supuesta rigidez laboral, recortan servicios públicos y debilitan la negociación colectiva y la protección social crean inseguridad en los trabajadores forzándoles a ser sumisos y aceptar la explotación. Un Estado del bienestar merecedor de ese nombre debe tener políticas de protección social que permitan vivir dignamente y con buena salud. El devastador impacto del desempleo y la precariedad requieren realizar con urgencia políticas fiscales progresivas y redistributivas que permitan mejorar la protección social. Instaurar una renta básica universal no condicionada, por ejemplo, reduciría la pobreza (nueve millones de pobres; 650.000 de ellos con menos de 250 euros al mes), desmercantilizaría las relaciones laborales y aumentaría el poder de negociación de unos trabajadores que no tendrían que aceptar empleos degradantes, injustos y peligrosos. Sin políticas como esas, millones de personas seguirán pagando los efectos de la crisis con su salud y con su vida.

TUS AMIGOS DE BANKIA

Si hoy en día usted ve un anuncio de un desodorante que puede convertirle en machoman al instante, o de un tipo entrajetado que, mientras anuncia una colonia, nos dice que no nos dejemos llevar por lo establecido, quizás pueda darle la impresión de que se están burlando de nosotros. Pero bueno, al fin y al cabo, usted puede decidir comprarlo o no.

El problema viene cuando este tipo de anuncios -los que se ríen en la cara de uno- llega de aquellos que nos han llevado a la ruina. Ésa es la sensación que tuve cuando me topé con el nuevo anuncio de la “nueva banca“, ésa que, después de arruinarnos, vuelve a querer nuestro dinero. Y es que el otro día vi un anuncio de Bankia.

El anuncio comienza con una música relajante y unas cuantas personas que, una tras otra, aparecen en pantalla el tiempo suficiente para decirnos qué significa mejorar: “Mejorar es un gesto, mejorar es un número, mejorar es llegar antes, mejorar es estar más cerca…”, dicen.

Yo he tenido la desgracia de interactuar con una de las cajas que forman esta “nueva banca” y les voy a decir qué es para ellos mejorar: mejorar es obligarle a pagar cualquier recibo antes de las 10:00, si llega más tarde no le atienden; mejorar es decirle a una persona mayor que si el importe a sacar es menor de 300 euros se tiene que ir al cajero automático, y no atenderle; mejorar es cobrarle una comisión por transferir dinero a otra cuenta de su propia caja…

Mejorar es cobrarle una comisión cada vez que su cartilla tiene menos de x euros, de esta forma es posible -esto lo he visto con mis propios ojos- que a base de comisiones usted se quede sin el poco dinero que tenía en la cuenta. Mejorar es crujirle a comisiones por sacar de un cajero su propio dinero, simplemente porque no es el cajero que corresponde.

Pero, sobre todo, mejorar es cargarle “por error” -de vez en cuando- una comisión por mantenimiento de unos pocos euros, lo suficiente para que usted no se moleste en coger el coche, buscar aparcamiento, e ir hasta la entidad bancaria a protestar. Multiplique esos euros por miles y miles de clientes…

Pero bueno, eso era la antigua banca, ahora todo será mucho mejor, ya verán.


.

P.D.: Los tipos que ustedes ven en la foto no sólo están felices, sino que se están partiendo de risa. Están así de contentos porque se han dado cuenta de que, hagan lo que hagan, arruinen a quien arruinen, ellos siempre recibirán una buena ayuda del estado para repartírsela en sueldos.

Como ven, cuando en Bankia hablan de mejorar no mienten, el problema es que se refieren sólo a ellos.

http://www.terceraopinion.net/


lunes, 28 de marzo de 2011

TU FRAGIL VIOLONCELO



Acaricio las cuerdas de tu arpa
con mano temblorosa, con dedos encendidos,
me ciño a tu cintura y tejo entre tus pliegues
acordes luminosos, sublimes arpegios
que iluminan la alcoba.

Mis labios componen en tu piel
conciertos inmortales
sinfonías eternas
que se elevan al cielo
cual palomas de nieve.

Cuando leo el pentagrama
de tu cuerpo desnudo
todo mi ser se transforma
en vibrante batuta
y acaricio la escala de tu cuerpo
besando tus corcheas,
arrancándote notas inauditas
con mi lengua incendiada.

Cuando abrazo tu frágil violoncelo
y mi arco chispea sobre tu piel en llamas
  enmudecen los pájaros del alba,
los ángeles enrojecen de envidia
y el mismo Zeus desciende del Olimpo
para escuchar las notas que desgranas

JUANMAROMO

LA FIDELIDAD A TRAVES DE LOS TIEMPOS



La mayoría de los antropólogos están de acuerdo, el hombre es un mamífero polígamo, entonces ¿Cuál es el origen del mandato de la fidelidad y el tormento de los celos?

Se sabe que el hombre tardó milenios en relacionar el acto sexual con la reproducción, entonces se creía en la influencia divina, de ahí el poder de las diosas de la fertilidad que se extendieron por todas las culturas. Aun después de asociar causa y efecto, durante la eras en las que el hombre fue nómada, las mujeres criaban juntos a todos los hijos de la tribu y los hombre se despreocupaban de sus vástagos, la pareja monógama no existía como tal.
Cuando algunos clanes comienzan a hacerse sedentarios, nace el concepto de propiedad, al principio las tierras y las moradas pertenecían al grupo, pero poco a poco, los más fuertes se van apropiando de las mejores tierras e imponen la propiedad privada.
A partir de ese momento el hombre toma conciencia de que ha de legar sus pertenencias y quiere asegurarse de que los herederos son realmente sus hijos, se establecen parejas estables y la mujer es obligada a permanecer virgen hasta el matrimonio y a guardar fidelidad durante toda la vida, era un intento por parte del macho de asegurar la pureza de su progenie, pero por otra parte, la mujer también exige a su pareja equidad, no está dispuesta a tener que repartir el patrimonio de sus hijos con otros vástagos de su pareja. Las religiones consagran la fidelidad como una virtud y condenan el adulterio hasta con pena de muerte sobre todo cuando la mujer es la pecadora, el círculo se ha cerrado.
Como la mayoría de los matrimonios se producían por intereses económicos o territoriales, el amor quedaba relegado a un segundo plano, y dentro de una discreción más o menos tolerada, los nobles y terratenientes tenían amantes y concubinas mientras que las mujeres debían actuar con mucha más discreción si no querían ser repudiadas o ejecutadas, la infidelidad masculina se toleraba mientras que la femenina era severamente castigada.
Con el romanticismo llega la exaltación del amor, el desarrollo económico y la emigración a las ciudades empieza a desligar el matrimonio de los intereses familiares, cada vez más parejas se casaban por amor. La independencia económica de la mujer le permite la libre elección de la pareja a la cual exige igualdad de derechos y obligaciones, entre ellos la mutua fidelidad.
En una época en que los anticonceptivos hacen muy improbable embarazos indeseados ¿Qué sentido tiene seguir manteniendo la fidelidad a ultranza? ¿Por qué seguimos siendo pasto de los celos a pesar de todos los avances sociales?
El concepto de la fidelidad ha arraigado en nuestra psiquis a través de milenios y ahora es casi un instinto, el sentido de posesión que acarrea el amor romántico tiende a acaparar al amante y a exigirle dedicación exclusiva, la inseguridad, la falta de autoestima y los miedos hacen que muchas personas sufran lo indecible por esa enfermedad que llamamos celos. Las jóvenes parejas que han intentado liberarse del yugo relajando los lazos han acabado rotas o transformadas en puras unidades de coexistencia, ignoro si la humanidad derivará hacia un nuevo concepto de pareja, pero el camino parece que será arduo y tortuoso.

JUANMAROMO

ASALTO AL PALACIO



Emma Riverola


Debemos aceptarlo: los jóvenes de nuestro país hoy no asaltarían el Palacio de Invierno. Su revolución no está en las barricadas en las calles, ni en las inflamadas proclamas sediciosas. Si en ellos buscamos el reflejo de anteriores concepciones de rebeldía, difícilmente lo encontraremos. Salvo honrosas excepciones, la mayoría trata de mantenerse a flote en un magma de decepción y pesimismo. Su rechazo de la clase política fluctúa entre el desprecio y la indiferencia. Y su escepticismo se extiende hacia los agentes sociales y los medios de comunicación. Nacieron en una época de bienestar, protegidos y anestesiados por una visión hedonista de la vida. El sueño se está resquebrajando, pero aún se resisten a despertar. Por ahora, la red ha sustituido los antiguos cafés y locales clandestinos de reunión.

Probablemente, las conversaciones son tan estériles o brillantes como en los albores de cualquier movimiento. Stéphane Hessel, el nonagenario resistente, clama ¡Indignaos! en su exitoso manifiesto. Pero ninguna revuelta ha triunfado sin contener una idea, equivocada o acertada, del camino que hay que seguir. Si las expectativas de futuro siguen menguando, quizá llegue el día de la desesperación total. Entonces, tal vez un furioso y letal ciberataque asalte las estructuras financieras y políticas. Pero si el Palacio de Invierno cae, ¿qué nuevo orden propondrán los rebeldes?

"Mi sordera escondía una bendición"

Robert Dávila, la persona sorda que ha asumido más responsabilidad política del mundo

Victor-M Amela, Ima Sanchís, Lluís Amiguet


Foto: Mané Espinosa

Algún día harán una película sobre su vida (Momentos decisivos, editorial Octaedro): la historia de un niño inmigrante pobre que se queda sordo a los once años y por primera vez en su vida pisa una escuela, una escuela de sordos. Esa oportunidad bien aprovechada lo llevó al gobierno de EE.UU. y a liderar grandes cambios para ese colectivo. Fue de las primeras personas sordas en obtener un doctorado y el primero en dar un discurso en lengua de signos en la ONU (1981). Ha conseguido programas de apoyo para sordos en todo el mundo: "Los logros de EE.UU. deben extenderse por el mundo". Está en Barcelona invitado por la Asociación de Padres y Madres de Niños Sordos.

Eramos inmigrantes mexicanos. Vivíamos en un campamento de jornaleros sin papeles en lo que hoy es el Silicon Valley, en California. Mi padre estaba enfermo del corazón. Mi madre no era feliz.

¿Por qué?

Las barracas de los campos parecían cajones, a menudo no tenían ni techo. Toda la familia recogía fruta y verdura. Un día, cuando tenía ocho años, mi padre se subió a un árbol para sacudir las ramas más altas y cayó fulminado. Tenía 48 años. Jamás me había sentado en su regazo ni había mantenido una conversación con él, pero su pérdida fue lo más significativo de mi infancia, no fui capaz de superar la angustia hasta la muerte de mi madre 54 años después.

¿Su madre se hizo cargo de todo?

Sí, de sus ocho hijos. Llegaba muy tarde por la noche, cuando ya me había dormido, y se levantaba a las cinco de la mañana para ir a coger verdura, antes de que me despertara. Los fines de semana limpiaba casas y por la noche hacía canguros. Apenas la veíamos.

Qué vida tan dura.

Era una mujer fatalista que afirmaba que las dificultades de la vida eran voluntad de Dios. Discutíamos, yo le decía que las personas podían ser dueñas de su destino.

Y así ha sido en su caso.

A los once años, por las condiciones tan insalubres en las que vivíamos, contraje una meningitis. Un día me desperté sordo.

¿Cómo se adaptó?

Fue duro. No quería que la gente supiera que era sordo, su compasión me avergonzaba o me enfurecía. Pero hubo otras consecuencias sorprendentes: mi sordera escondía una bendición, ya que me concedió unas oportunidades que mis hermanos no tuvieron: ninguno fue a la escuela.

¿Tuvo que abandonar su casa?

La escuela de sordos estaba a 800 kilómetros. Veía a mi familia una vez al año. Muy asustado, me subí a un tren con una tarjeta que colgaba de mi cuello, con mi nombre y destino. El viaje duró dos días, no tenía dónde dormir; la policía me encontró y me permitió dormir en la cárcel.

¿Qué tal se adaptó en la escuela?

Algunos profesores no esperaban gran cosa de los niños hispanos, así que me apliqué. Aquel era un mundo nuevo: gente que me atendía, cama propia, buena comida. Deseaba tanto que me aceptaran que a menudo la emprendía a puñetazos.

Somos así de contradictorios.

En cuatro meses aprendí el inglés y la lengua de signos y pude comunicarme. La sordera abrió mi vida a nuevas experiencias, pero añoraba a mi familia, la primera Navidad fue durísima, todas las noches reprimía mis lágrimas porque mi madre me había dicho que no llorara. Desde entonces sufro de rigidez en el labio superior.

Se convirtió en el mejor estudiante.

Aprendía todo lo que estuviera a mi alcance con tal de que me dieran una palmadita en la espalda. Estaba muy motivado. Un día me enteré de que al primero de la clase lo llevaban a cenar y al cine. No puede ser tan fácil, me dije –piense que yo a los cuatro años ya trabajaba...–. Desde ese día fui al cine cada mes.

¡…!

Hubo otro acontecimiento que cambió mi forma de pensar acerca de mi identidad: un compañero de la escuela me invitó a pasar un fin de semana en su casa, sus padres también eran sordos: sordos, cultos y ricos.

¿Qué significó para usted?

Entendí que los sordos también podíamos triunfar, y ver que compartían información y sentimientos en lengua de signos me abrió los ojos. Me gradué precozmente con quince años con el descabellado sueño, en aquel entonces, de ir a la universidad.

Y llegó a doctorarse.

Eso fue lo más difícil, por ser sordo no me aceptaron en alguna universidad; ha habido que luchar mucho.Yo me sentaba en clase y no entendía nada, pero culminé con éxito el doctorado estudiando entre oyentes sin ayudas técnicas ni intérpretes de signos.

¿Por qué decidió meterse en política?

Era la única manera de cambiar las leyes para mejorar la vida de las personas con alguna discapacidad. Ha sido una lucha continúa. Siempre he querido hacer visible la lengua de signos, así que en una reunión de gobierno con Bush padre le dije al intérprete que se pusiera junto al presidente, pero aparecieron los de seguridad y dijeron que el intérprete debía alejarse.

¿Y?

¡Ni hablar!, les dije, yo necesito ver la cara del presidente mientras habla y las manos del intérprete. Mentira, pero así se hizo. Desde aquel momento todos los intérpretes se sitúan junto a los oradores en actos políticos y públicos. Hoy la lengua de signos es la cuarta lengua de EE.UU.

Ha sido muy perseverante.

¿Cuál ha sido mi secreto? Empuje interno. En EE.UU. tenemos una asociación nacional de profesores para sordos que se creó en 1843. Durante 125 años todos sus presidentes han sido personas oyentes. En una reunión con los responsables les pregunté: ¿por qué nunca han elegido a un sordo como presidente?... Nunca se ha presentado ninguno, me dijeron. Me presenté y gané.

¿Qué merece la pena en la vida?

Tener un buen sentimiento hacia ti mismo; se lo dice un sordo hispano de origen pobre. Con motivación y objetivos la vida se abre.

domingo, 27 de marzo de 2011

RIMAS ADOLESCENTES


POETAS

Hemos sido arrastrados por el viento,
hemos sido arrancados de raíz
descastados del mundo por un mundo
que ha perdido la esencia de vivir.

Hemos sido marcados por el fuego
hemos sido fichados por la ley,
acusados de todos las vilezas
y arrojados al negro anochecer.


Hemos sido los parias de las artes
los bufones del circo de papel
postergados en todos los banquetes
expulsados al este del Edén

condenados al fuego del olvido
y barridos del tiempo por un dios
que se esconde en mil almas sin un alma
y que cierra sus ojos al amor.

JUANMAROMO

sábado, 26 de marzo de 2011

EL PODER DE LA ORACIÓN


Desde pequeños nos enseñaron a rezar, antes de dormir recitábamos el "Ángel de la guarda" o el "Jesusito de mi vida" y nuestro sueño era tranquilo y placentero. Más tarde nos atiborraron de letanías, oraciones prefabricadas y rosarios que desgranábamos de carrerilla sin prestar atención a lo que decíamos, pasaron los años y olvidamos la pregarias, perdimos la fe y con ella la esperanza.
Yo no creo en un dios personal, en ese señor con barba "Creador y señor de todas las cosas", pero creo que hay algo trascendente más allá del tiempo y del espacio, una fuerza que controla el universo y que habita dentro de nosotros, un ente al que pertenecemos y que a la vez nos pertenece.
Hay momentos cruciales en nuestra existencia en que necesitamos comunicarnos con esa fuerza, trances en los que nos encontramos desnudos ante el infinito, es el momento de la oración. Rezar significa comunicarte espiritualmente con una entidad superior, pedir ayuda, o buscar consuelo, rezar es restablecer el equilibrio perdido, templar el alma, retomar la esperanza.
Cuando sientas que el corazón te estalla, que el dolor te oprime o que te cerca la desesperación, busca al niño escondido en tu alma y reza con él. No importa que no sepas a quien te diriges, pero lo cierto es que alguien te escuchará.

JUANMAROMO




viernes, 25 de marzo de 2011

HE ESGRIMIDO LA PLUMA



He tomado la pluma

como quien toma un arma

la he cargado de bilis,

la he cargado de rabia

y he rasgado la hoja

que confiada esperaba

la dorada caricia

de unas dulces palabras.


He esgrimido la pluma

como si fuera un hacha

y he templado su filo

en el fuego del alma

en la hoguera del odio,

en la sangre bastarda

de esos hijos de hiena

con camisa y corbata


De esos fétidos buitres

que esperando la presa

picotean furiosos

titulares de prensa

nauseabundas noticias

pegajosas mentiras

que se vuelven verdades

a fuerza de repetirlas.


He empuñado la pluma

cual flamígera lanza

ensartando falacias

traspasando pantallas

reventando panfletos

y soflamas airadas

que rezuman la mierda

con que inundan la casa

mientras matan la tierra

con sus guerras pactadas.


JUANMARMO

.

EL MARIDO DESCONOCIDO



Emma Riverola
Escritora

En la olla bulle la sopa. En la cazuela, un pollo con especias. La joven desmenuza unos pimientos asados y se funde en los aromas espesos de la cocina. Pertrechada con cazuelas y cucharones, alza una muralla de azulejos blancos. Su minúsculo dominio sin reino. Esparce la pulpa encarnada sobre el guiso. El agua templada borra el perfume dulzón de sus dedos. Una mano en la cadera, otra en el vientre hinchado. El niño se mueve. El niño de él.

Toma una cuchara de palo y prueba la salsa del pollo. Pizca de comino. Pizca de azafrán. Otro movimiento en la panza. ¿Sabrá quererlo si ella ya no quiere a nadie? No, en la cocina no, se regaña, aquí no entran los desvelos. Aquí, el mundo es al revés. Toma dos naranjas, las pela y las corta en rodajas. El jugo se extiende por la tabla de madera. Al hundir el cuchillo, unas gotas saltan hasta la comisura de sus labios. Con la lengua recoge el néctar. Espolvorea la fruta con azúcar y canela. Casi a hurtadillas, roba un pedacito. El más pequeño. El más feo. Un par de minutos para las nueve. A él le gusta cenar a la hora en punto. Apaga el fuego de la sopa, toma la olla y abre la puerta de la cocina. Su piel se torna hielo. Y su mente, un embrollo de tristeza y odio. Él la espera. El marido. El desconocido. El hombre que sus padres decidieron meter cada noche en su cama. Sirve la sopa. Cuando ella la prueba, le sabe a nada. Igual que su vida.

jueves, 24 de marzo de 2011

LAS BRUMAS DE AVALON

¿Qué conjunción de astros perpetró nuestro encuentro?

¿Cuántos nudos desató el destino

para cruzarnos al doblar la esquina?

El tiempo se ha plegado como un acordeón cósmico

y el ayer ha roto aguas inundando mi estancia.


Hablamos como si cronos no existiera

como si el mundo fuera plano e infinita la tierra,

pero tú y yo sabemos que Brigitt nos separa

que habitamos universos paralelos

y escuchamos los ecos del pasado

intuyendo presencias,

que incluso hay momentos que tu olor me llega

como un soplo de sándalo en la noche,

pero mi abrazo se pierde entre las sombras

que reflejan tu ausencia.


¿Eres real o a caso un sortilegio?

el fuego de tu antorcha aun humea en mi vientre

y me vierto a raudales cuando sueño tu embate,

tus dedos arañando mi grupa

y tu lengua trenzándose en la mía

cual serpientes en celo.


Mas las brumas de Avalon se cierran,

el embrujo se esfuma y despierto flotando

en el lago sin fondo de mi lecho

añorando tu cuerpo que es tan solo un reflejo,

el espejismo de un oasis que engulló el desierto

y que tan solo sobrevive en los anales

de mi turbio recuerdo.


Shemirramis

VÓMITO HIPOTECARIO



Emma Riverola
Escritora

Zapatero no se mueve ni un milímetro. Insiste. Aceptar la devolución de la vivienda a cambio de liquidar la hipoteca supone un riesgo para la salud de los bancos. Al momento, el vómito invade nuestra garganta y, esta vez, cuesta demasiado tragárselo. El argumento suena a aceptación de chantaje: si no preservamos el negocio de la banca, el dinero de todos está en juego. Eso mismo debe pensar la víctima de una extorsión cuando paga para proteger la vida de su familia.

Entonces, ¿qué hacemos con la náusea que nos invade? ¿Debemos seguir atrapados en un sistema perverso en el que siempre gana la codicia y la falta de ética de los mismos? Nuestros bancos tasaron los pisos por las nubes; exhortaron a todos, incluidos los que no podían asumirlas, a contratar hipotecas para comprarlos. Siguiendo los pasos de sus colegas americanos, nos hundieron en esta crisis que está dinamitando los restos de la socialdemocracia. Y ahora, se quedan con los pisos de los insolventes, los sacan a subasta, los compran ellos mismos u otras mafias por la mitad de su valor y patean al desahuciado dejándole el resto en deuda.

Zapatero -el PSOE- no se mueve. Y es evidente que tampoco lo hará el PP de Rajoy. Los únicos que aritméticamente pueden gobernar este país. Su inacción les convierte en cómplices de la codicia de la banca y a los ciudadanos solo nos queda elegir: o tragarnos el vómito o escupirlo.

"Un centro psiquiátrico es una casa de torturas"

Princesa Inca ,poeta, soñadora psiquiatrizada

Victor-M Amela, Ima Sanchís, Lluís Amiguet


Foto: Kim Manresa

'La mujer-precipicio'

Cristina es más conocida como Princesa Inca, y colabora desde hace seis años en la ¿tertulia de locos¿ de La ventana de Gemma Nierga (cadena Ser, de cinco a seis de la tarde de cada viernes). Desde niña ha escrito poemas, su bálsamo íntimo ante las heridas hondas que el hecho de estar viva le inflige. Ahora publica el poemario La mujer-precipicio (Libros del Silencio), que así es como se siente ella, con el deseo de que sea un ¿homenaje a todas las mujeres que viven al filo del precipicio sin precipitarse¿. Su poesía es potente, cruda, contundente y convincente, sin filtros. La Princesa Inca (laprincesainca. blogspot.com) reivindica la sabiduría del loco. Es la que contienen sus bellos poemas.

Princesa Inca... ¿por qué?

Hace siete años ingresé en el hospital psiquiátrico sintiendo que era una princesa inca.

¿Qué recuerda?

Que estaba muy regalada en Machu Picchu, con vistas a unas cumbres preciosas. Era un mundo bello e ideal...

¿Qué le dijeron los médicos?

Que era un falso recuerdo, que era parte de mi enfermedad.

¿Qué enfermedad?

Trastorno esquizoafectivo, mezcla de bipolaridad y esquizofrenia: me etiquetaron así.

¿Y qué piensa usted?

Yo sentía conocer ese lugar: ¿alguien realmente está en condiciones de negarme que se trate de un recuerdo de otra vida?

¡Nadie puede! Y discrepo de mi etiqueta médica: ¿por qué meterme a mí junto a otro montón de personas bajo una determinada etiqueta? Carece de rigor: ¡debería haber una etiqueta para cada persona!

¿Por qué la ingresaron a usted?

Tenía brotes sinestésicos: un sonido olía, un color sonaba, las percepciones interactuaban y sentía ser Buda, ser Jesús... Pasaba por arrebatos místicos, extáticos...

¿Quién la condujo al hospital?

Un grupo de amigos, al verme dialogando con Janis Joplin, con Camarón...

¿Cómo se sentía?

Yo bien: a mí no me parecía que estuviese pasándome nada extraño...

Pero la ciencia médica tiene sus criterios y sus protocolos.

Discutibles: ¿quién traza la línea entre cordura y locura? ¿Y por dónde la traza? ¿Y por qué? ¿Y por qué ahí y no allá?

Respóndase.

Yo no estoy loca: ¡estoy psiquiatrizada!

Diagnosticada.

Hay mucha gente que está como una puta cabra... pero sin diagnosticar. Y dirigen diarios, teles, bancos, clubs de fútbol, países...

“La única diferencia entre un loco y yo es que yo no estoy loco”, que decía Dalí.

Un loco es un hipersensible al que le duele la realidad hasta lo insoportable.

¿Hasta el suicidio?

Es una opción. Estuve al filo, pero sopesé el dolor que cargaría sobre gente que amo.

¿El arte ayuda?

Sí. Muchos pintores, escritores, poetas, músicos, cantantes, filósofos –¡Nietzsche!–, artistas... podrían ser encerrados (y a veces lo fueron), pero con prestigio, poder, carisma o dinero, te llaman excéntrico, te perdonan y te respetan. Si no... ¡te encierran!

¿Se sufre en un psiquiátrico?

Un psiquiátrico es una casa de torturas. Te tratan como a un escombro. Cuando ingreso, siempre hay un momento en que necesito pasearme desnuda por los pasillos... ¿Y sabe cuál es la reacción de los médicos?

Reducirme, atarme, inmovilizarme, sedarme y aislarme. ¡Nos quieren tranquilos y babeantes! Para ellos, todo es mero mecanicismo bioquímico, desdeñan las emociones...

Falta de humanidad, de sensibilidad.

Me han etiquetado, y eso conlleva fármacos, y el Estado paga a la industria farmacéutica por mis fármacos...: ¡qué gran negocio! Psiquiatrizan ya a niños, que seguirán estándolo hasta la vejez... ¡Jugada redonda!

¿Y cuál es la alternativa, Princesa?

Tratamientos psicológicos para dilucidar el origen de mi conducta, para comprenderla. Pero eso... implica demasiados esfuerzos.

¿Ha intentado alguna psicoterapia?

Ya me gustaría, pero las terapias alternativas cuestan demasiado dinero: no puedo.

¿La locura se cura?

En muchas culturas, al loco se le escucha: se acepta que accede a otra comprensión de la realidad, a una lucidez. Y es el chamán, es el oráculo. Pero aquí no: ¡aquí da miedo!

¿Por qué será?

Porque se prioriza cierto orden preestablecido, y si alguien grita, canta, danza, si “no toca”... ¡ah, eso altera y espanta mucho!

¿A qué cree que tenemos más miedo?

A la locura. Al dolor. A la muerte. Yo no.

¿No?

No. La muerte es una puerta de la vida a otra dimensión de paz. Y el dolor es parte de la vida, así que anestesiarlo equivale a anestesiar parte de la vida misma.

Buf, cuesta aceptar esto...

Ya. Yo he aprendido a estar triste sin sentirme culpable, a decir a los amigos “hoy estoy triste, prefiero estar sola”, sin disimulos, sin avergonzarme por ello. ¡Y no pasa nada!

¿Cómo le ayuda la poesía?

¡Es mi mejor refugio! El poeta puede decir “la luna me mira” o “la noche me habla” sin que por ello le encierren... La poesía es vecina de la locura, pero como es sólo poesía... no te encierran, ja, ja. ¡Es mi mejor terapia!

¿La poesía puede sanarnos?

Alivia mucho ver fuera de ti lo que antes estuvo dentro. Ahí puedo hablar con todo detalle y sin pudores del sexo, el dolor, la muerte, el insomnio, la locura, la risa...

¿La risa?

Yo me río de las cosas terribles que me han pasado, y eso me ayuda. El humor redime.

¿Qué es la locura?

No existe. ¡Llamamos locura a lo que le pasa a gente que sueña despierta!

¿Cómo querría vivir?

En una casita en el campo, con un huerto y con mis personas queridas, gozando de lo importante de la vida.

¿Y qué es lo importante de la vida?

Sentir que amas y sentirte amada.

miércoles, 23 de marzo de 2011

"No matan los seísmos, sino la corrupción del constructor"

Foto: Bertrand Guay


Altruismo realista

Shigeru encarna la sabia mezcla de ética y pragmatismo que caracteriza al ethos nipón. Por eso cree que su país también saldrá reforzado de esta catástrofe. Con serenidad, pero nunca con dejadez. Shigeru renuncia a la lágrima y la queja, y planea cómo reconstruir las ciudades para frenar futuros tsunamis. Y sabe de qué habla, porque ha ejercido su arquitectura en Kobe, Turquía, India, Sri Lanka, China, Italia o Haití; pero también en proyectos de grandeur como el centro Pompidou-Metz. Con altruismo realista: le pregunto por qué no construir edificios con energías alternativas. "Sería bonito -responde-, pero los promotores las rechazan porque encarecen el presupuesto un 20 por ciento".

Ustedes los medios de comunicación han exagerado burdamente la situación de Japón.

Nos llegaban imágenes dramáticas.

Pero el tono no reflejaba la realidad de la relativa tranquilidad con que se vivía en la mayor parte de Japón. Por eso, mis amigos europeos me llamaban ofreciéndome sus casas para que pudiera “huir” de Tokio. Deberían ustedes estar más atentos a mostrar la realidad con exactitud...

... Tomo nota.

Eso no ha ayudado en absoluto a Japón ni a su economía, aunque le aseguro que reconstruiremos y volveremos a prosperar pronto.

Pero todavía hay una alarma nuclear.

Veamos: el Gobierno japonés evacuó a 30.000 personas alrededor de la central de Fukushima como medida de precaución...

Eso creo.

... Pues bien, la radiación allí era inferior a la que usted se expone en un vuelo Tokio-Nueva York, por ejemplo. Y muy inferior a la que se sufre al hacerse una radiografía.

También los media hemos alabado la disciplina y temple de los japoneses.

Simplemente estamos acostumbrados a los terremotos. Es nuestra historia. La única diferencia en esta ocasión ha sido la mayor intensidad y la amenaza de la radiactividad.

¿Qué ha aprendido usted como arquitecto de esta catástrofe?

Lo que ya sabía. Que no matan los seísmos, sino la corrupción del constructor o el propietario o el arquitecto o las autoridades. En Japón, los edificios construidos después de 1981 han resistido bien el terremoto. Y también resistieron muy bien el de Kobe.

¿Cómo consiguen construir tan sólido?

Nuestra arquitectura tiene una larga tradición antisísmica y hemos trabajado las estructuras de regresión. Cuando se cumple la normativa, los edificios aguantan, pero hay otros casos en que no se cumple. Entonces muere gente y no sólo en Japón.

Por ejemplo.

Un caso reciente en Nueva Zelanda...

Un país considerado muy honrado.

Pero hubo un edificio en el que el propietario logró ahorrarse la inversión necesaria contra terremotos gracias a turbios manejos políticos. La construcción acabó derrumbándose por un seísmo y causó víctimas.

Además de sismógrafos, deberíamos tener corruptógrafos.

Algo parecido sucedió en el edificio de una escuela china en la que murieron decenas de niños al derrumbarse durante el último terremoto. Y no son catástrofes naturales. Son crímenes cuyos culpables son los políticos y funcionarios que aceptan mordidas.

Pero este tsunami ha sido excepcional.

Las defensas antitsunami eran de 10 metros de altura, pero fueron superadas por el maremoto. Y las alarmas también se revelaron ineficaces, porque tan sólo transcurrieron nueve minutos entre el seísmo y el tsunami.

¿No deberían dejar esa área de su costa despoblada y construir tierra adentro?

Lo que haremos es reconstruir la ciudad teniendo en cuenta las lecciones del tsunami.

¿Cuáles son?

Planeamos construir edificios pantalla de gran altura en primera línea antitsunami que protegerán a las demás construcciones y cuyas terrazas servirán, además, de refugio cuando se produzca una alarma.

Parece buena idea.

Sólo le veo el inconveniente de su impacto paisajístico, pero tal vez se pueda suavizar. Lo importante es que ahora reaccionemos y planifiquemos. Y por cierto, en Turquía, donde trabajé tras el último terremoto, deberían tomar nota también de que cada nuevo seísmo se produce más al oeste, más cerca de Estambul. Y no les veo prevenirlo...

¿Por qué se especializó también en arquitectura humanitaria para refugiados?

Estuve en Ruanda durante la masacre y lo primero que experimenté al ver tanta desgracia fue la íntima necesidad de ser útil. Por eso lamenté no ser médico, pero ya era demasiado mayor para estudiar medicina, así que pensé que allí sólo podía ser de ayuda como arquitecto y replanteé mi carrera.

¿Cómo?

Me di cuenta de que el trabajo de los arquitectos es hacer visible el poder silencioso de los millonarios y los políticos. Convertimos su prepotencia en algo material, que se puede exhibir ante el pueblo. Construimos los escaparates de la soberbia de los poderosos: sus edificios y monumentos.

Y a veces de su mal gusto.

¡Pero yo también quería poner mi talento al servicio de quienes no tienen nada!

¿Qué le han enseñado?

Que el hecho de ser pobre y haber sufrido una catástrofe no les hace menos exigentes que los poderosos y millonarios.

¿Criticaban su obra humanitaria?

Sí, los propios refugiados que la habitaban, y me enseñaron mucho con su crítica.

Pues ya no se fue sin cobrar.

Pero no me malinterprete: esa arquitectura de crisis sólo es una manera de equilibrar mi dedicación a glorificar a los dueños del dinero y del poder, un trabajo que también estoy encantado de seguir haciendo.

¿Qué es lo primero que hace cuando llega a una catástrofe humanitaria?

Tomar distancia: no emocionarme. Debo ser como un cirujano que olvida sus sentimientos para concentrarse en la técnica quirúrgica. Yo me concentro igual en un campo de refugiados que en el proyecto de mayor presupuesto de mi carrera.

La crisis provoca temores que se sustentan más en los prejuicios que en los datos reales

La inmigración, la violencia de género, la mendicidad, la inseguridad y hasta criminalidad, alimentan la prevención y las falsas creencias

No es extraño oír, mientras uno degusta tranquilamente un café, a algún cliente del bar lanzar frases categóricas asegurando que no hay país que soporte tanta inmigración como la que hay en España, una inmigración que, además, está provocando el debilitamiento del Estado de bienestar por el uso excesivo de los servicios sociales. Y tampoco sería extraño que arremetiera contra la ley de Violencia de Género, por facilitar a la mujer el instrumento que le faltaba para machacar al hombre al dotarlas de la posibilidad de denunciar falsamente al compañero, o que justifique que un empresario no quiera contratar a mujeres, porque estas faltan mucho más al trabajo que los hombres... Sin embargo, ninguna de estas aseveraciones se justifica con los datos en la mano. Y sin embargo, circulan por ahí de boca en boca alimentando los prejuicios contra una parte de la ciudadanía.

"No es una cuestión de datos, es sencillamente, que mucha gente prefiere no saber cuál es la realidad sobre algo para poder mantener ese razonamiento. Es lo que llamamos ignorancia activa, no querer conocer un hecho para evitar cambiar. El conocimiento obliga a modificar los hábitos, exige siempre un cambio", explica el doctor en Sociología por la Universitat Autònoma de Barcelona, Josep Espluga, quien reconoce que la crisis ayuda a que estos mensajes se difundan con mayor agilidad, ante la necesidad de algunos de buscar responsables. Aunque niega que el número de adeptos a estas falsedades vaya en aumento. "No, lo que ocurre es que hay más espacios en los que se oyen".

Espluga sostiene que, en muchas ocasiones, la gente que extiende los prejuicios contra otros desconoce los datos reales que invalidan su razonamiento de manera "voluntaria". "Si tú sabes que los inmigrantes van menos a la consulta del médico, es decir, no tienen la culpa de que la visita se retrase, tus argumentos responsabilizándoles de lo mal que va la sanidad se desmoronan, lo que te obliga a adaptarte a la situación y entender que quizá los que entraron antes que tú precisaron de más tiempo por una cuestión grave. Por eso, hay algunas personas que prefieren seguir creyendo en falsedades que, además, difunden a los cuatro vientos. El miedo está detrás de estas actuaciones".

Y el miedo y el inmovilismo en tiempos de crisis son factores que frenan las iniciativas e "impiden convertir las dificultades en oportunidades" como señala en un blog Antoni Garrell, ingeniero industrial especializado en gestión e innovación.

Según el sociólogo Marc Grau, para quien la difusión de máximas fabricadas con datos falsos se explican en la mayoría de los casos por el miedo, "en la sociedad actual se producen muchos cambios, y eso provoca inseguridad. El cambio suscita miedo y buscas un responsable". Más aún, si encima la sociedad se ve sumida en la crisis. Y pone el ejemplo de los prejuicios contra los inmigrantes que normalmente parten de personas con escasa cualificación y que ven peligrar su puesto de trabajo. No sólo se les responsabiliza del aumento del paro sino también de la reducción de la economía sumergida, cuando en realidad esta ha crecido con la crisis. Estos miedos les llevan a asegurar que los extranjeros "ocupan" las calles (el número de personas sin hogar no ha crecido, según las oenegés que les atienden), mientras colapsan los servicios sanitarios (diversos estudios aseguran que acuden menos a la consulta y se realizan menos pruebas médicas, entre otras cosas por su juventud).

O los que se sienten amenaza-dos por los avances de la mujer al considerar que eso merma sus derechos, por lo que arremeten contra ella tergiversando los datos, como que más del 30% de las denuncias por maltrato son falsas. De nada sirve que el Consejo General del Poder Judicial realizara un minucioso estudio en el que sólo detectó en el primer semestre del 2010 tres sentencias relativas a denuncias falsas de un total de 23.762 fallos dictados en las audiencias provinciales.

¿Qué hacer para contrarrestar estas creencias falsas? El sociólogo Josep Espluga cree que los medios de comunicación deben esforzarse en difundir datos objetivos, porque estos servirán de referencia para modificar la argumentación del otro. Algo que en pocas ocasiones se produce, matiza Grau, mientras recuerda la máxima de Descartes de que todo el mundo cree estar en posesión de la verdad. "Pero la información veraz debe ser la referencia", insiste Espluga.

Como explicaba la semana pasada en Barcelona David Altheide, profesor de la Universidad Estatal de Arizona, la propia dinámica de los medios - empresas que buscan su rentabilidad-dificulta que la información llegue de manera adecuada. Altheide, que lleva 30 años estudiando la difusión de noticias sobre delincuencia, alertó que la mayor presencia de estas en los medios - sobre todo en TV-crea la percepción de que la inseguridad crece, aunque realmente ha disminuido. La tasa de criminalidad en España fue en el 2010 de 45,1 delitos y faltas por mil habitantes y es una de las más bajas de Europa.