Hace unos días leía este excelente artículo de Lucia Etexebarria , no he podido por menos que dar mi opinión sobre un tema que me toca muy de cerca. |
"Yo no soy una buena madre.. Y probablemente usted, que me lee, tampoco. Si usted ha decidido quedarse en casa y consagrase al cuidado de sus hijos es usted una madre hiperprotectora, amén de un parásito, un ser que vive a expensas de otro y a espaldas de las verdaderas preocupaciones y dificultades de la vida. Si usted trabaja fuera de casa entonces desatiende usted a sus hijos, y nadie valorará el hecho de que tenga usted que hacer verdaderos malabarismos para conciliar la vida familiar y la laboral. Nosotras, las madres de hoy, aseguran ciertos psicoanalistas, somos la fuente de todos los problemas de nuestros hijos, porque tenemos demasiada fuerza y le hemos robado la autoridad a los padres. No soy una buena madre, como no lo somos ninguna. Es lo más parecido a lo que vivíamos en la primera adolescencia. La que intimaba con los chicos era una puta, la que se resistía era una estrecha: no había término medio. A la madre nunca se le valora lo que hace y para colmo no tiene derecho a quejarse, so pena que se le diga que. es una mala madre. Nuestra sociedad es perfeccionista y quiere individuos perfectos. Supermadres de brillante sonrisa y silueta juncal, triunfadoras en todos los ámbitos, adoradas por sus maridos y respetadas por sus jefes, y criadoras de niños sanos y emocionalmente estables. Nuestra sociedad ha convertido el goce en un modelo, y el goce inmediato en el valor supremo. Y un niño no es goce ni inmediatez. Un hijo implica renuncia y perspectiva. Y sobre todo, implica aceptar que la perfección no existe. Usted, que me lee ¿está con los nervios de punta porque no le da tiempo a hacer todo lo que debería?, ¿tiene diez kilos de más?, ¿no tiene tiempo para ir al gimnasio y, si lo tuviera, lo emplearía en dormir?, ¿desearía que a veces fuera él el que se ocupara de la compra, de la colada, de los biberones y de la visita al pediatra?, ¿a veces se enfada, a veces está harta, a veces llora y a veces, mucha veces, no está en condiciones de dar lo mejor de sí misma? Estupendo. Bienvenida al Club de las Malas Madres. Recuerde: no somos las mejores pero somos la mayoría."
Bien, algunas ya hemos superado esa etapa pongamos... con 10, sí, porqué no? Pero aquí no acaba la cosa... Cuando los "angelit@s" tienen su titulación universitaria y algunos "méritos" más gracias a los desvelos y años (no quería decir "perdidos"), diré empleados en el empeño por sus santas madres, entramos en el periodo de competición.
Te observan con lupa (las niñas), - Has engordado? Ya te has comprado otro bolso? Pero ni se te ocurra preguntarles en qué emplearon el dinero que "cosecharon" por el cumpleaños... con una mirada casi te asesinan!!!
No te harán una pregunta técnica sobre un tema que dominas y si lo hacen dales la respuesta escueta y concisa, nada de añadir el más mínimo comentario o explicación.
No les hables de ese curso de especialización que te tiene ocupados los fines de semana y te lleva de cabeza... Qué osadía!! Todavía estás con el curso???
Si les llamas al trabajo... -Estoy trabajando!!! - Y yo, no te jo..ba!! Si no les llamas... - Qué, Pasas de mí? Si les llamas al móvil... siempre está apagado. Hagas lo que hagas, la cagas (perdón por la expresión, aunque cagar es un verbo de lo más correcto).
Algunas tienen la delicadeza de comunicarte alguna decisión importante, sólo de comunicante, porque todo ya ha sido meditado y decidido. Ni se te ocurra poner "pegas" porque se transformarán en prejuicios. Después, las consecuencias de todo ello sí que te va a afectar de una forma u otra y tendrás que implicarte, sin escapatoria posible.
Yo creo que ésta sí que va a ser la generación de las auténticas "liberadas" .