Las religiones, como las ideologías políticas, tienen mucho de positivo, son teorías filosóficas quasiperfectas, el problema es que se realizan y ejecutan por el hombre. el ser mas cruel y vengativo de todo el orbe.
Las religiones, como las ideologías políticas, tienen mucho de positivo, son teorías filosóficas quasiperfectas, el problema es que se realizan y ejecutan por el hombre. el ser mas cruel y vengativo de todo el orbe.
Últimamente inundan la red fotografías terroríficas con niños mutilados, quemados, asesinados y cada uno arrima el ascua a su sardina. Para unos son niños palestinos masacrados por los judíos, para otros son niños árabes diezmados por los islamistas, y ahora nos llegan las de niños cristianos torturados por la Yihad. ¡Basta de manipulación, de mercadeo ideológico y de soterrado racismo, tanto unos como otros son niños sin más adjetivos, no vale tan solo condenar, hay que forzar a los gobiernos a a terminar con este genocidio venga de donde venga, se camufle en la Estrella de David, en La Media Luna, o en cualquiera de las cruces que salpican el mundo y sobre todo dejemos de publicar fotografías trucadas o desfasadas como una terrible forma de pornografía política. Utilizar estas muertes ideológicamente es hacerse cómplice de sus asesinos y seguir fomentándolas.
¿Os habéis preguntado alguna vez porqué ya casi ningún fármaco se suministra por vía intramuscular cuando es un medio mucho más rápido y menos perjudicial en todos los aspectos que los suministrados por vía digestiva?. La industria farmacéutica solo busca rentabilidad y se dieron cuenta que era mucho más adictivo un medicamento en forma de píldora que en forma de jeringuilla, la mayoría de la gente que se automedica dejaría de hacerlo si tuviera que pincharse, pero la pastilla es practica, asequible no duele cuando se ingiere y fomenta la toma a discreción, también casi han desaparecido los supositorios, otra forma suministro medicinal mas inocua y rápida aunque mas molesta. A la farmafia no le interesa tu salud, le interesa su cuenta de resultados, lo demás no lo consideran en absoluto.
Soy cinéfilo de toda la vida, me crié con las películas del oeste, John Wayne, Gregory Peck, Richard Widmark...luego comencé a apreciar el cine negro, E.G.Robinson, Bogart, el suspense de Hitchcock, mas tarde arte y ensayo, Bergman, Passolini, Visconti. El cine español de calidad, Saura, Erice, Berlanga, Aranda, siempre contó con mi apoyo. He visto miles de películas, tengo cientos de films en dvd, siempre estoy a la busca y captura de películas clásicas inéditas en los nuevos formatos pero que puedes encontrar aún en vídeo, pero ahora, ya no voy al cine.
No voy al cine, no porque hayan dejado de interesarme los nuevos directores, siempre se ha hecho cine bueno y cine basura y hoy en día no es ninguna excepción, pero me niego a enclaustrarme en un garito poco más grande que el salón de mi casa rodeado de energúmenos que masacran palomitas, hablan por el móvil y comentan la película a gritos visionando una pantalla en miniatura con un volumen tal que los sordos no necesitan subtítulos. Ahora me quedo en casa cómodamente en mi butaca y frente a una pantalla casi tan grande como la de las salas actuales sin que nadie me moleste y teniendo a mi disposición los films a las pocas semanas del estreno, la llegada de los portales de streaming le acabarán dando la puntilla. Aun quedan cuatro salas dignas de ese nombre, son las únicas que aun piso de vez en cuando, pero cada vez quedan menos, nada como la ceremonia de entrar en una sala enorme, sentarte en tu butaca y disfrutar en la oscuridad de una obra maestra... cuando cierre la última, el cine como tal habrá muerto. ¡Larga vida al cine!
Apenas tenía nueve años eran las fiestas de Agosto , mis primos y yo corríamos como el viento por las callejas del pueblo persiguiendo chiquillas voladoras, los mozos nos ofrecían cigarros vino y coñac y yo fumaba y bebía para demostrar y demostrarme que ya era todo un hombre. Aquella mañana había sido especialmente movida, recuerdo el paquete de bisonte arrugado entre mis manos como un trofeo a mi hombría mientras el mundo se desvanecía en mi cabeza, apenas me dio tiempo a llegar a casa mareado y cetrino a tal extremo que me llevaron a la cama y no amanecí hasta el día siguiente, acababa de conocer a una amante que me acompañaría durante años de catre en catre sin preguntas ni reproches. Terminaron las vacaciones y regresé a casa, el verano dejó paso al otoño, y un día de invierno, me encontré sentado en rellano de la escalera sin resuello buscando un soplo de aire desesperadamente, había empezado mi calvario. Durante años, fui un apestado, no podía correr como los otros niños, me pasaba las horas sentado en una butaca escuchando música y temiendo que llegara la noche donde me esperaba una lucha cuerpo a cuerpo con el asma, una amante que me guardó fidelidad durante años. Los médicos diagnosticaron bronquitis, durante meses recibí diariamente una inyección de antibióticos con aceite que aparte de dejarme el culo como un alfiletero no servía absolutamente para nada. Pasaban los meses y cada vez peor, me borraron de natación, porque según los médicos no me secaba bien e iba todo el día empapado, siempre era mi culpa, me sentía víctima y verdugo de mi mismo, llegué a fingir que estaba bien y a esconder mi angustia con tal de no sentirme acusado de mi propia desgracia, fueron unos años duros, pero que me enseñaron a sobreponerme y a comprender la raíz del sufrimiento. Un día, el dentista familiar hablando con mi padre, le aseguró que mi problema era el clima de Barcelona, la humedad y los humos eran la causa de mi enfermedad y que la solución era internarme en un colegio en mitad del bosque donde el aire puro y el aroma de los pinos purificarían mis pulmones, año y medio en un colegio religioso separado de mis padres y mis amigos solo sirvieron para hacerme sentir culpable de todos los males del mundo y a temer a la mujer hasta el punto de esconder la mirada cada vez que me cruzaba con una. Es asma se batía en retirada pero no se daba por vencida, salí del colegio cargado de prejuicios, miedos y traumas pero seguía compartiendo el lecho con mi fiel amiga. Una tarde, una vecina, me recomendó unas pastillas que según ellas eran "mano de santo", como no tenía nada que perder, compre un frasco y tome un comprimido.... aquella noche dormí como hacía años no recordaba, al día siguiente hasta me permití correr con los amigos, por un momento creí en los milagros. Lo que no habían conseguido los médicos lo consiguió una señora casi analfabeta a la que nunca podré agradecerle todo lo que hizo por mí .Pasaron los años y gracias a las pastillas hacía una vida normal pero sabía que era un adicto, no podía vivir sin ellas y si un día me faltaban, mi vieja amiga volvía a tomarme en sus garras .Un buen día leímos algo sobre el asma alérgica y Gloria me animó a visitar a un alergólogo, unas semanas de pruebas y me preparó una vacuna que me liberaría del asma para siempre, durante dos años, una inyección diaria que yo mismo me administraba, hasta que el fantasma se fue alejando de mi vida para no volver. En mi casa materna teníamos un taller de confección de mantelerías, allí cosíamos, y confeccionábamos manteles sábanas y servilletas cargadas de aprestos y almidón que llenaban la casa de ácaros, ningún médico supo ver cuál era la causa de mi condena y durante años me creí culpable de mi enfermedad cuando tan solo era una víctima de la ignorancia y de la desidia. Cuento esto para que nadie se sienta culpable por estar enfermo, vivimos en una sociedad competitiva en la que solo sobreviven los más fuertes y los enfermos y los débiles somos rémoras de un sistema explotador e inhumano, un sistema que nos hace sentirnos culpables de las enfermedades que él mismo nos causa. No perdamos jamás la esperanza, un día amanecerá para este colectivo atormentado y despreciado y ese día está a la vuelta de la esquina, esperémoslo con las manos abiertas y con la cabeza bien alta.
No podemos porque no queremos
no queremos porque no sabemos
no sabemos porque no aprendemos
no aprendemos porque no escuchamos...
Una corrupción generalizada como la que sufrimos en España es solo posible en el seno de una sociedad corrupta, una sociedad sin conciencia política ni ciudadana, una sociedad podrida.
La táctica de fuego y martillo empleada por el capitalismo salvaje ha dado resultado, hasta la viga más fuerte se ha sometido a su fragua de terror, el hierro convertido en chatarra con la ayuda de la maza del miedo y el fuelle mediático. Si Miguel levantara la cabeza se moriría de pena, los toros dejaron paso a los bueyes y las águilas a las gallinas, las dehesas mudaron en granjas de cebo y las huertas en camposantos de cemento mientras el machismo y el fascismo infectan nuestros sembrados de cizañas y malas hierbas. Nos echaron el yugo bien echado y ahora nos acucian con las flechas y mascarillas, los niños yunteros vagan por los descampados y duermen en los cajeros arrastrándose de la vida a la muerte y de la nada a la nada.
De un tiempo a esta parte, la red se llena de consejos, manuales recetas y hasta conferencias sobre técnicas sexuales, artilugios y sortilegios para contentar a ese monstruo insaciable que parece ser la mujer. De un tiempo a esta parte, todo está medicalizado, para todo hay una píldora, un jarabe una receta, desde el nacimiento hasta la muerte, la farmafia ha transformado la vida en un acto clínico al que hemos de someternos so pena de ser arrojados al averno de los desahuciados.
Acaba de finalizar la serie Isabel de Diagonal tv, y durante su visionado he podido meditar sobre la gran falacia de la reconquista. La historia que nos enseñaban en el bachillerato era un compendio de historietas, batallas y hechos heroicos que poco tenían que ver con la realidad histórica y que en el fondo, no eran más que propaganda de la España nazionalcatolicista.
Me preguntaba una amiga de los grupos de fibromialgia que porqué hablaba tanto de política en un portal dedicado a la salud y a la fibromialgia y no pude por menos de recordar un consejo que Franco daba siempre a sus jóvenes alevines . "Si quiere evitar problemas haga como yo, no se meta en política".
En un mundo inundado de comida basura, cada vez más gente se conciencia y decide consumir productos ecológicos, esta demanda creciente ha hecho que muchos agricultores y granjeros se dediquen a cultivar y criar alimentos naturales y los supermercados ya ofrecen secciones exclusivas para estos productos.
La sexualidad masculina, tiene dos facetas muy diferenciadas, aunque eso sí, con las mismas raíces. la sexualidad física, y la sexualidad psíquica. Los machos de los grandes mamíferos, cuando alcanzan determinada edad y sus índices de testosterona descienden por debajo del índice crítico o después de haber sido batidos en duelo por un macho más joven y fuerte, pierden su interés por el sexo y se dedican a engordar y zanganear. El hombre, con, los años va perdiendo potencia sexual, su sexualidad física, al igual que la de cualquier mamífero, decae rápidamente a partir de los 60 años pero sin embargo, su deseo a veces incluso se acrecienta. Si el hombre es lo suficientemente inteligente y tiene la experiencia necesaria, sabrá gozar de esa nueva etapa, en la cual la penetración pasará a segundo plano, pero las caricias, la ternura y el sexo oral alcanzarán niveles altamente satisfactorios. La vida sexual del hombre puede alargarse hasta edades muy elevadas si se tiene el cuidado de no descuidarla, la actividad amorosa potencia el nivel hormonal y evita la atrofia de los cuerpos cavernosos del pene y el cáncer de próstata, así mismo mantener el juego amoroso ayuda a cuidarse y mantiene muy alta la autoestima. Una pareja de más de 60 años bien avenida, puede interpretar auténticas sinfonías amorosas, que dejan en meras sonatas las relaciones de las parejas jóvenes. Sexo tántrico, fantasías eróticas juegos atrevidos, todo eso y mucho más puede realizarse sin estar pendiente de la frecuencia del péndulo. A partir de una determinada edad “El pequeño saltamontes” se hace más caprichoso e indolente, a veces pide guerra en el momento más inoportuno y otras veces hace mutis por el foro cuando se le necesita.
Se fueron renos y camellos y nos dejaron las calles llenas de boñigas y los contenedores repletos de cartones, los estantes ya no soportan librerías, ni vinilos, están huérfanas de música y literatura, trasteros de artilugios que se olvidan a los cuatro días de haberlos comprado. Abres la ventana de la caja tonta y te conduce hacia ese mundo ficticio que ellos llaman realidad pero que es tan solo el telón tras el que esconden un mundo en bancarrota. La navidad ha caducado y el general invierno afila sus fauces espectrales.
Este año no os voy a pedir que me traigáis nada, vivo en una sociedad que sobra de todo, de todo lo que realmente no es necesario. Sé que ya os han pedido paz, salud, felicidad, incluso dinero. También sé que no habrá para todos y que la mayoría tendremos que esperar al próximo año a ver si hay más suerte. Por eso hoy os voy a pedir que arranquéis de mi corazón el egoísmo, la rabia, la envidia, el rencor.
Solo los que hemos sufrido este apagón somos capaces de entender el sufrimiento que conlleva una depresión profunda. Hoy en día a cualquier bajón se le llama estar deprimido, una semana agotadora, problemas económicos, conflictos con la pareja pueden hacer sentirnos preocupados, malhumorados o desmotivados, pero la depresión es algo mucho más grave.
Últimamente leo en determinados medios unos ataques subliminales, pero constantes contra la democracia, algunos pescadores están aprovechando las aguas revueltas para llenar sus cestos de votantes incautos a los que provocan sibilinamente, morriñas de dictadura y tente tieso.