Todas las enfermedades se curan, todos los pacientes pueden sanar. Se cura el cáncer, se vence el SIDA y el Ébola, incluso en la época de las grandes epidemias, había gente que sobrevivía a la peste o al cólera, pero lo primero que necesitamos es el convencimiento y la voluntad de sanar.
La enfermedad es una camino que recorremos desde la salud
hasta la muerte y la única manera de sanar es desandarlo. Esta demostrado que
la fibromialgia está generada, entre otras causas, por una intoxicación compleja producida por la
alimentación, la inhalación de productos químicos y la exposición a radiaciones
todo ello amplificado por el estrés y el perfeccionismo que nos somete a un
estado de vigilia perpetua en el que no existe ni el relax ni el descanso.
Si queremos salir de este pozo no hay otra manera que desandar
el camino, cambiar todo aquello que nos ha conducido hasta aquí y regresar a los
orígenes. Es un proceso largo, que necesita mucha constancia y con altibajos,
pero el único que nos puede salvar. Una alimentación exenta de tóxicos,
azucares y todo tipo de productos
industriales, eliminar detergentes, limpiadores y aerosoles que son un poderos
veneno, proporcionar al organismo los minerales y oligoelementos que la
alimentación actual a base de refinados no nos proporciona. Suprimir la bebidas
gaseosas, el tabaco y todo tipo de pastelería industrial, suprimir en lo posible la medicación agresiva
que ataca al hígado, al intestino y al sistema inmunitario. Regalarnos lo que
nos gusta, un buen libro, una buena música, salir al campo todo lo que podamos
y poner nuestra salud por encima de compromisos sociales, practica las terapias
alternativas, el reiki, la meditación y dedícate más tiempo a ti mismo.
Ya se que es difícil, que tenemos compromisos sociales,
laborales y económicos algunos de ellos inaplazables, pero lo que está claro es
que la salida existe, encontrarla o no depende mas de nuestra circunstancia que
de su propia existencia, una situación acomodada hará mucho más fácil la
posibilidad de elegir en todos los ámbitos de la vida, pero lo que está claro
es que la sanación es posible. Una cosa es que no esté a nuestro alcance por
motivos económicos y otra, que no exista, por eso debemos exigir al estado que asuma esas terapias que pueden regenerarnos. Negar la posibilidad de curación es
cerrarnos la puerta e ignorar la evidencia, muchos pacientes llevan una vida
plena e integrada siguiendo estas pautas mientras que la mayoría de los que se
han entregado a la farmafia están en un estado físico y mental lamentable e
irreversible.
Toda enfermedad tiene una sanación, depende de nosotros
encontrar el camino y seguirlo hasta el final, puede que sea larga, puede que
sea dificil, pero al final, nos espera la luz.
JUANMAROMO