Acabo de regresar del ambulatorio de las SS, mi matarife oficial está de vacaciones y me había tocado una médico joven. Al verla he tenido la esperanza de que aun no estuviese quemada y pudiera ofrecerme un trato humano, ha sido un experimento para comprobar hasta qué punto llega la insensibilidad de la clase médica con respecto al dolor y a la desesperación de los pacientes. La caracterización del personaje, perfecta. dos días sin afeitarme, aspecto descuidado, ojeras de no haber dormido, ojos llorosos y expresión angustiada.
Cuando me ha tocado el turno, me ha hecho pasar sin apenas mirarme, se ha sentado en el ordenador, y con voz robotizada, me ha preguntado que me pasaba.
Le he desgranado un cuadro completo de depresión con crisis de angustia , insomnio, taquicardias, desesperación, perdida de la lívido, pesadillas nocturnas, irritabilidad, cefaleas, nerviosismo y terrores pánicos. Ha ido tecleando el historial sin dirigirme la mirada y en un tono impersonal me ha preguntado.
-¿ Ha sentido deseos de suicidarse en algún momento?
Por un instante creí ingenuamente que me iba a mirar a los ojos, pero ha sido un espejismo, como no contestaba, me ha repetido la pregunta.
- Le pregunto, si en algún momento ha tenido ganas de quitarse la vida.
- Pues quizás si, quizás en algún momento me ha pasado esa imagen por la cabeza-
-¿Y por qué no lo ha hecho?-
Me he quedado mudo por unos instantes y he contestado con voz lúgubre-
-Supongo que me ha faltado valor-
Ni una pregunta sobre mi circunstancia personal, sobre la posible causa de mi desesperación, ni una palabra de aliento, ni un soplo de esperanza.
-¿Toma algún tipo de medicación?
Sin hacer comentario alguno, me ha extendido un volante para el psiquiatra, y me ha citado para dentro de dos semanas.
Yo me pregunto, si de verdad estuviese deprimido (que después de la visita casi lo estaba), ¿cómo me hubiera sentido?, si hubiese necesitado un poco de comprensión, una mirada, un soplo de esperanza, ¿no me habría sentido tratado como una alimaña?.
Yo no sé que les enseñan en las facultades a parte de recetar fármacos, pero está claro que la medicina ya no es una humanidad científica, que los médicos ya no curan por imposición de manos, mirando a los ojos o escuchando tu corazón.
Ir al médico es como ir al mecánico, solo sirven para cambiar piezas, y si de alguna no hay recambio o no saben localizar la avería, ¡al desguace, que solo tengo 10 minutos!.
JUANMAROMO