domingo, 11 de septiembre de 2011

ENTRE DOS AMORES



Erase una vez un perrito que correteaba por la calles en busca de amor. Un día luminoso, una muchacha lo acogió en su casa, el estaba loco de contento, creyó que por fin había encontrado su hogar, pasaron los meses, y un atardecer ella le sacó de paseo y le dijo.
-Mi pequeño, yo te quiero mucho, pero eres un chucho callejero y yo busco un perro con pedigrí, te deseo que tengas mucha suerte y encuentres la amita que te mereces.
Durante meses vagó desconsolado  suplicando un soplo de cariño, pero nadie queria seber nada de un chucho triste y desvalido.
Una tarde, vagando desesperado muy lejos de su territorio, escuchó una voz dulce y melodiosa que le dijo.
-¿Qué haces tan triste y perdido por estas calles solitarias, yo también necesito cariño y compañía, si me acompañas, mi casa será nuestra casa.
Pasaron los años, y el cachorro se hizo adulto, su ama lo educó, lo cuidó y lo mimó hasta hacer de él un hermoso y cuidado ejemplar. Una noche, mientras daba su paseo vespertino, escuchó una voz que le era familiar y de pronto se encontró con su primera amita. el corazón le rebotó en el pecho, se le acercó aullando de emoción. Ella al principio no le reconoció, pero al mirar en sus ojos supo que se trataba de su primera mascota, después había tenido muchas y de las mejores razas, pero ninguna la había querido como aquella.
Cada día se encontraban en el mismo parque, y a escondidas se contaban sus temores y esperanzas, aprovechaba cualquier descuido para salir corriendo y dejarse acariciar por su antigua ama, un día la siguió a su casa y se tras una noche de juegos y confidencias, se quedó dormido en su cama. A la mañana siguiente corrió desesperado a su casa, allí estaba si dueña llorando, lo había buscado toda la noche y creyó haberlo perdido para siempre.
-Eres un perro malo, le dijo- ¿Así me pagas lo que he hecho por tí?... Si vuelves a desparecer, te encontrarás la puerta cerrada para siempre.
Durante unas semanas, permaneció fiel y regresaba puntualmente al hogar, pero un anochecer, volvió a encontrarse con ella, luchó ferozmente contra sí mismo pero todo fue inútil, cuando regresó de madrugada, las puertas estaban cerradas. De nada sirvieron sus llantos y gemidos, ninguna luz iluminó las ventanas, ninguna voz le dio la bienvenida.  
 Llovía a raudales, empapado y desesperado decidió  regresar a su antiguo hogar, pero al cruzar la puerta, un perro enorme y agresivo estuvo a punto de matarlo, era el guardián de la casa y supo que allí no tenia cabida.
Vagó sin rumbo durante toda la noche aullando de ventana en ventana. Al amanecer, buscó refugió debajo de un puente y cayó agotado sin darse cuenta que la riada estaba a punto de desbordar el cauce.

JUANMAROMO



viernes, 9 de septiembre de 2011

MÉDICOS SIN ALMA



Acabo de regresar del ambulatorio de las SS, mi matarife oficial está de vacaciones y me había tocado  una médico joven. Al verla he tenido la esperanza de que aun no estuviese quemada y  pudiera ofrecerme  un trato humano, ha sido un experimento para comprobar hasta qué punto llega la insensibilidad de la clase médica con respecto al dolor y a la desesperación de los pacientes.  La caracterización del personaje, perfecta. dos días sin afeitarme, aspecto descuidado, ojeras de no haber dormido, ojos llorosos y expresión angustiada.
Cuando me ha tocado el turno, me ha hecho pasar sin apenas mirarme, se ha sentado en el ordenador, y con voz robotizada, me ha preguntado que me pasaba.
Le he desgranado un cuadro completo de depresión con crisis de angustia , insomnio, taquicardias, desesperación, perdida de la lívido, pesadillas nocturnas, irritabilidad, cefaleas, nerviosismo y terrores pánicos. Ha ido tecleando el historial sin dirigirme la mirada y en un tono impersonal me ha preguntado.
-¿ Ha sentido deseos de suicidarse en algún momento?
Por un instante creí ingenuamente que me iba a mirar a los ojos, pero ha sido un espejismo, como no contestaba, me ha repetido la pregunta.
- Le pregunto, si en algún momento ha tenido ganas de quitarse la vida.
- Pues quizás si, quizás en algún momento me ha pasado esa imagen por la cabeza-
-¿Y por qué no lo ha hecho?-
Me he quedado mudo por unos instantes y he contestado con voz lúgubre-
-Supongo que me ha faltado valor-
Ni una pregunta sobre mi circunstancia personal, sobre la posible causa de mi desesperación, ni una palabra de aliento, ni un soplo de esperanza.
-¿Toma algún tipo de medicación?
Sin hacer comentario alguno, me ha extendido un volante para el psiquiatra, y me ha citado para dentro de dos semanas.
Yo me pregunto, si de verdad estuviese deprimido (que después de la visita casi lo estaba), ¿cómo me hubiera sentido?, si hubiese necesitado un poco de comprensión,  una mirada, un soplo de esperanza, ¿no me habría sentido tratado como una alimaña?.
Yo no sé que les enseñan en las facultades a parte de recetar fármacos, pero está claro que la medicina ya no es una humanidad científica, que los médicos ya no curan por imposición de manos,  mirando a los ojos o escuchando tu corazón.
 Ir al médico es como ir al mecánico, solo sirven para cambiar piezas, y si de alguna no hay recambio o no saben localizar la avería,  ¡al desguace, que solo tengo 10 minutos!.

JUANMAROMO

jueves, 8 de septiembre de 2011

EL DÉFICIT Y LA DEUDA




Se ha abierto una enconada polémica sobre la inclusión de un tope de endeudamiento en nuestra constitución, de hecho varios países están en trámites de incluir una enmienda que limite a los gobernantes su capacidad de endeudar al país y traspasar una mala gestión a los sucesores y por ende, a toda la población, pero ¿sabemos lo que significa la palabra "deuda"?.
La contabilidad de un estado es similar a la de una empresa o familia, recibe unos ingresos y se ha de hacer cargo de unos pagos. Cuando los gastos son superiores a los ingresos, debe solicitar un préstamo a la banca o a las entidades financieras a fin de equilibrar el balance, pero ese préstamo devenga unos intereses.
La UE impuso un déficit presupuestario inferior al 3% del P.I.B. pero en los últimos años numerosos países han traspasado con creces el límite, los estados dilapidaron los ahorros de las vacas gordas en subvenciones y ayudas sin tener en cuenta la que se avecinaba, cuando la crisis nos alcanzó de lleno, las arcas del estado estaban vacias.
Durante los años de bonanza, los sucesivos gobiernos inflaron desmesuradamente la administración, generaron agujeros negros en la economía de las comunidades autónomas  y dejaron a los ayuntamientos en manos de la venta de suelo público.  Hay que tener en cuenta que la mayoría del dinero que las cajas de ahorro gastaron en hipotecas basura era dinero prestado a corto plazo, es decir, financiaban a 40 años, pero debían amortizar en 5 a lo sumo, cuando los impagados se dispararon, sonaron todas las alarmas, de nada servía embargar miles de pisos invendibles y con un valor contable muy superior al precio real, el peligro de una bancarrota estaba a la vista.
El estado, a fin de evitar el crack, avaló a las cajas en peligro, con lo cual se vio obligado a incrementar el déficit, cuando los mercados vieron peligrar la devolución de los prestamos se produjo el segundo crack, ante el riesgo de impago de algunos países, exigieron unos intereses draconianos  con lo cual, al término del préstamo, la cantidad a devolver era muy superior, era el pez que se muerde la cola.
No vamos a discutir cómo reducir el déficit ni quiénes son los responsables  del desafuero, si una familia durante años gasta mucho más de lo que ingresa a base de créditos llegará un momento que será embargada por no poder hacer frente a los pagos, a los estados les sucede lo mismo.
Está claro que debemos equilibrar nuestros balances, de lo contrario estamos condenados a la bancarrota, ninguna persona o entidad puede vivir perpetuamente endeudada,  nuestros números están al rojo vivo, o equilibramos el presupuesto o nos vamos todos a pique, aunque los verdaderos culpables ya tienen reservados sus salvavidas.
JUANMAROMO

¿QUE NOS ESTÁN QUITANDO?

 

Nunca tuvimos la soberanía que decimos que nos están hurtando: gastamos más de lo que teníamos


 
Antonio Argandoña Profesor del IESE. Universidad de Navarra
  «La fiesta que nos dimos a cuenta del euro la estamos pagando ya con una cesión de soberanía», leí hace días en un artículo de un diario económico. Y me acordé del cuadro de Velázquez La rendición de Breda, más conocido como Las lanzas, que ilustraba un libro de historia de España que yo estudié cuando era (más) joven. En el cuadro se ve a Justin de Nassau doblando ligeramente la rodilla ante Ambrosio Spinola para entregarle las llaves de la ciudad tras 11 meses de asedio. El general holandés, efectivamente, cedía la soberanía de la ciudad, de su Ejército y de sus habitantes al general español.

¿Es esto lo que han hecho nuestros políticos este verano? Me parece que no. Todo el entorno de las políticas ante la crisis económica se ha desquiciado un tanto, en lo político y en lo ideológico. Los mercados, nos dicen, nos están quitando nuestro Estado del bienestar; los alemanes están sometiendo nuestra soberanía económica a sus intereses… El argumento viene bien a muchos. Los políticos tienen una excusa para hacer lo que saben que deben hacer: nosotros no queríamos, dicen, pero nos obligaron los mercados, la Unión Europea o el FMI. Y los ciudadanos podemos rebelarnos, porque no es algo que hayamos elegido nosotros, sino que es un robo de nuestra soberanía perpetrado por unas oscuras fuerzas exteriores.
Pero nuestros problemas no se arreglarán si no reconocemos la verdad, aunque esta no nos guste. Para empezar, como dice la frase que he reproducido al principio de este artículo, nos dimos una fiesta con el euro. Sin la moneda única no habríamos tenido los años de prosperidad que acabaron en el 2007, nuestros costes financieros habrían sido mucho mayores, las empresas no habrían tenido los altos beneficios y la expansión que tuvieron, las familias no habríamos tenido el consumo elevado y la oportunidad de comprarnos una casa nueva… El empacho de ahora es, en parte, consecuencia de la comilona de entonces. ¿Nos engañaron? No lo niego, pero también nos dejamos engañar. ¿Que usted no se benefició? Bueno, pero pregúntele a unos cuantos millones de españoles.
Y el que sufre el empacho pierde su soberanía para seguir comiendo, al menos mientras le duren las molestias. En nuestro caso, hemos de reconocer que nunca tuvimos la soberanía que ahora decimos que nos están quitando. Gastamos más de lo que teníamos, y nos creíamos dueños de todo. Pero no lo éramos: vivíamos del crédito. Y ahora nos exigen que cumplamos nuestros deberes como deudores.
Podemos pedir ayuda a nuestros socios europeos, pero, lógicamente, ellos piden también garantías de que no despilfarramos el dinero. ¿Una pérdida de soberanía? Yo más bien diría que es el reconocimiento de una limitación que ya teníamos y que no quisimos reconocer. Podemos interpretar la actitud de la señora Merkel como un intento de controlar la política económica española, pero me parece que, más allá de su interés en que no suspendamos pagos, en que compremos sus máquinas herramientas y pongamos nuestros hoteles a disposición de sus ciudadanos en vacaciones, a los alemanes no les preocupa demasiado lo que haga nuestra ministra de Economía. No somos tan importantes.
Lo que sí le preocupa al Gobierno alemán es otra cosa, y es bueno que lo sepamos porque, nos guste o no, él tiene que dar las garantías para nuestra deuda. Al final, los alemanes tienen que ayudar a sus socios griegos, irlandeses, portugueses, italianos y españoles, pero piensan que todos nosotros somos manirrotos y descuidados, y no quieren que sus ahorros se dediquen a sostener a esos derrochadores del sur. De modo que el Gobierno alemán necesita mostrar a sus votantes que sus socios del sur han prometido enmendarse y lo están haciendo. Eso es lo que nos pide la señora Merkel. ¿Es esto una pérdida de soberanía para nosotros?
Porque si consideramos que sí, que es una pérdida de soberanía, podemos rebelarnos, del mismo modo que usted y yo podemos negarnos a pagar nuestras deudas o a cumplir la ley. Pero entonces atengámonos a las consecuencias. Que para el país serían la posible (¿probable?) quiebra del sistema financiero, el colapso de nuestra economía (o poco menos) y, ahora sí, de verdad, la pérdida de buena parte de nuestro Estado del bienestar. ¿Que no es esto lo que nos dicen nuestros políticos o nuestros ideólogos? Claro, porque a los ciudadanos no nos gusta. Pero… la verdad es la verdad, lo diga Agamenón o su porquero.
Bueno, no sé por qué me he metido en este lío sosteniendo argumentos políticamente tan poco correctos. Bueno, sí lo sé. Llevamos ya cuatro años de crisis, la crispación ha ido aumentando, y seguimos confiando en las medidas parciales: que suban los impuestos a los ricos, que cambien tal o cual contrato laboral, que no reduzcan el gasto sanitario, que las exportaciones se recuperen… Y, mientras, seguimos peleándonos por los principios: que no nos quiten el Estado del bienestar, que los mercados no nos impongan su ley, que Alemania no robe nuestra soberanía… Quizá va siendo hora de que pidamos a nuestros políticos que cambien su discurso… Profesor del IESE. Cátedra La Caixa.

martes, 30 de agosto de 2011

LA MORADA DE EROS


  

Se hizo el silencio y se adueñó de todo
no se escuchaban siquiera los suspiros
tu cuerpo levitaba entre mis brazos
tu alma se elevaba al infinito.

Desplegaste las alas, y en un soplo
planeaste por todo el universo,
el espacio y el tiempo enmudecieron
admirando tu vuelo boquiabiertos.

Me asomé a las ventanas de tus ojos
y era dios quien por ellas me miraba,
el amor infinito que tu alma
con su manto de estrellas me alumbraba.

Y sentí que escapabas de este mundo
más allá de planetas y galaxias
hacia un éxtasis de puro amor y fuego
donde Eros oculta su morada.

Juanmaromo

  

EL FULGOR DE TUS PUPILAS



 Tus ojos me seducen, me desnudan
tus ojos me persiguen y me celan
iluminan la noche de mis miedos
se clavan en mi pecho como espuelas.

Tus ojos taladran mis secretos
y escrutan más allá de mis palabras
escuchan el clamor de mis silencios
se adentran en las sombras de mi alma.

Tus ojos me hipnotizan, me enamoran
se apoderan de mi en un parpadeo
arrancan mis corazas de un suspiro
y encienden mi deseo con su fuego

tus ojos son mi muerte y son mi vida
el jurado que juzga mi inocencia
el juez que me  condena o que me absuelve
el verdugo que cumple la sentencia.

Tus ojos de clavaron en mis ojos
una tarde de invierno triste y fría
me inyectaron de nuevo la esperanza
y curaron de un soplo mis heridas.

Ha pasado una vida y sin embargo
aun me llaman, me envuelven, me cautivan
aun me acunan sus párpados dorados
y me ciega el fulgor de sus pupilas.

JUANMAROMO

lunes, 29 de agosto de 2011

HAY UN INSTANTE



Hay un instante en el que el tiempo muere,
se detienen péndulos y agujas
el sol estalla, las mareas cesan
el viento calla y el dolor se oculta

Hay un instante en el que dios me mira
a través de tus ojos encendidos
mientras mis manos tejen en tus cuerdas
un tapiz de suspiros y gemidos.

Hay un instante en que tu voz se eleva
al útero del cosmos primigenio
tu cuerpo celestial se hace visible
y tu alarido atruena el universo.

hay un instante en que la vida brota
de las fuentes profundas de tu sexo
y su corriente me arrastra desbordada
hasta fundir en su lava nuestros cuerpos.

JUANMAROMO

sábado, 27 de agosto de 2011

TUS OJOS




Tienes en los ojitos
la luz del alba,
la grandeza serena
de un mar en calma,
la dulzura del niño
recién nacido
retozando en mis brazos
medio dormido.

Eres como un ensueño
labrado en fuego
cincelado con golpes
de amor y tiempo,
la canción que en la noche
me envuelve el alma
y me llena de dicha
fe y esperanza.

Juanmaromo

viernes, 26 de agosto de 2011

BESOS ENCENDIDOS



Tus besos me encienden,
tus besos me matan,
tus besos me enredan
en su telaraña
y ya estoy perdido
y ya no soy nada,
me aferro al abismo
de tus cataratas
pero la corriente
me empuja y me arrastra
hasta el epicentro
de nuestra galaxia.

Escalo tus cumbres
me pierdo en tus selvas
me vierto en tu boca
como una cascada
más de nada sirve
anclar en tu playa,
la fiera  marea
me empuja y me arrastra
y al final zozobro
en tu remolino
bebiendo de un trago
de todos los vinos.
Exprimo la uvas
de tus pechos tibios
y muerdo tu esponja
sembrada de lirios
hasta que los cielos
en mi se desploman
y pierdo el sentido
en tu caracola.

JUANMAROMO

miércoles, 24 de agosto de 2011

PORQUE QUIERO QUERERTE

 
 
Te quiero con la inocencia del niño
con la ternura del adolescente
con la pasión del recluta
con la certeza del sabio.

Te quiero como eres
como siempre has sido
y no pretendo cambiarte
porque eres tú a quien yo amo
con tus luces, con tus sombras,
con tu valor y con tus miedos
con tu sonrisa y con tu llanto
llena de vida más allá de la muerte.

Te quiero porque quiero quererte
porque vivo para amarte
para respirar tu aliento
para beber tus labios
para sentir tu cuerpo fundirse en mi boca,
para sentir tus manos acariciar mi pelo
y para nacer de nuevo
en el cálido útero de tus pechos.

JUANMAROMO

DE CABRONES Y GILIPOLLAS

 
Xavier Sardà Periodista  

En realidad, todo gira en torno a la diferencia entre ser un gilipollas o ser un cabrón. Los cabrones (véase el documental Inside Job) viven a expensas de los gilipollas del mundo. Viven de sus necesidades, de sus esperanzas, de sus casas, de su futuro y del futuro de sus hijos, les roban sin aportar riqueza porque son estafadores a gran escala. Ni que decir tiene que los gilipollas somos la inmensa mayoría, que hemos asistido estupefactos a la gigantesca corrupción financiera que ha llevado al mundo a esta trágica crisis.
Es posible que consideréis la dualidad gilipollas/cabrones un tanto injusta y esquemática. Pues bien, no tengo alternativa y me reafirmo. Me podéis preguntar: ¿por qué considerar gilipollas a las víctimas de las estafas de las subprimes? Pues muy sencillo: porque los culpables no solo no han ido a la cárcel, sino que han abandonado con indemnizaciones millonarias las empresas que destruyeron. ¿No nos hace sentir eso un poco gilipollas? Los estados de los países occidentales han asistido a la estafa con quejas, subvenciones y poco más. En algunos de esos estados, los cabrones han conseguido meterse en la tarea pública y desregular, liberalizar y allanarse el camino para poder llevar a cabo sus acciones criminales con total impunidad. Cuando sus gigantescas empresas se han hundido al mismo ritmo que crecían sus cuentas personales, se han largado con el botín y en paz. ¿No nos hace sentir todo esto un poco gilipollas?
Vamos ahora con la otra actividad indecente por excelencia, que es la compra de valores al descubierto y a la baja. Algunos dicen que estamos a las puertas de una nueva crisis debido al endeudamiento de los estados, la especulación sobre nuestra deuda pública y los ataques contra nuestros bancos. Parece que algo empieza a moverse en la dirección de legislar para que eso no sea posible. De momento, durante algunas semanas los cabrones de las compras a la baja lo tendrán un poco más difícil. La deuda pública potencialmente impagada puede convertirse en bonos basura al cuadrado que hundan de nuevo el sistema.
Aquí vamos al cuento de la libertad, de la «mano invisible» de Adam Smith y de que un mercado libre todo lo soluciona y todo lo compensa. Aquí vamos al cuento chino del Tea Party, que cree que el Estado debe minimizarse para no gastar y otros ocupar sus funciones con sus esplendorosas empresas de cabrones. Aquí vamos al liberalismo a ultranza de los Thatcher, Reagan, Bush y compañía (Clinton también siguió desregulando). Aquí vamos a que todo vale en nombre de su deleznable, egoísta y neodarwinista idea de la libertad y de la ley del más fuerte. Se adueñan del mundo y, efectivamente, nos convierten en gilipollas.
Nos queda la gris, mediocre y humilde socialdemocracia. Octavio Paz pedía en un breve testamento político que no se utilizasen jamás palabras en mayúscula en política, porque mataban. Socialdemocracia, sí, pero con agallas y plantando cara al mangoneo organizado mediante la fuerza de millones de gilipollas. Somos más y es la única forma de dejar de serlo. ¿Pura utopía? Yo qué sé...

lunes, 22 de agosto de 2011

"Lo único que nos separa de los ancianos son días"

Andrea Gillies, escritora, ganadora del premio Orwell

Victor-M Amela, Ima Sanchís, Lluís Amiguet
 
Foto: David Airob
La sorpresa
Andrea decidió cuidar a su suegra, que tenía principio de alzheimer. Su intención era seguir escribiendo, pero Nancy requería atención constante. Se deprimió, se desesperó, y volcó sus sentimientos en un diario que acabó convirtiéndose en un libro conmovedor: Las amapolas del olvido (Temas de Hoy). Esa experiencia, enfrentarse a su propio futuro, la vejez, ha cambiado su vida. Ahora lucha para que las residencias de ancianos sean lugares estimulantes, ha aprendido lecciones esenciales y ha tenido misteriosas sorpresas: “Es curioso, parecía que dedicarme a Nancy implicaba perderme cosas importantes de mi vida, y sin embargo ahora hay algo nuevo en ella”. Su novela se convertirá en película.
Qué le hizo perder la fe?
Descubrir con asombro como nuestra identidad, el yo, esta limitada por la salud mental. Vi como Nancy, mi suegra, al perder la memoria, perdía su personalidad, se convirtió en alguien irreconocible.

Decidió acompañarla en su trance.
Yo pensaba que lo que te llevas tras la vida es tu experiencia, lo aprendido, pero si no sabes quién eres, ¿qué es lo que te llevas?

Triste conclusión.
Cuando Nancy empezó a perderse en el supermercado convencimos a su marido para que se mudaran a una casa junto a la nuestra. Fue un error, porque no sólo pierdes la memoria, también la capacidad de crear nueva memoria. Nancy no podía retener la estructura de la casa, se perdía, y fue muy desgraciada.

¿Cómo lo solucionaron?
Nos mudamos a una gran casa victoriana en el norte de Escocia, en plena naturaleza, con bosque, caballos, animales de granja y playa privada. Era como estar en el paraíso. Pero pasadas seis semanas se convirtió en una pesadilla sin escapatoria.

¡¿Por qué?!
Nos mudamos en verano con un sol maravilloso que sólo duró un mes, el restó del tiempo llovía. Al principio Nancy era feliz, pero su situación empezó a degenerar rápidamente. Creía que tenía seis años y estaba en el colegio. No reconocía a su marido, ni a su hijo, ni a sus nietos, y quería estar conmigo las 24 horas cogida de la mano.

Agobiante.
Yo intentaba escribir una novela, pero Nancy absorbía todo mi tiempo. Para no enloquecer, decidí escribir un diario que cinco años más tarde se convirtió en novela.

¿Decidió cuidarla voluntariamente?
No tenía escapatoria: aquella casa era muy cara, no había dinero para enfermeras. Fue todo muy naif. Acabamos convirtiéndola en una casa rural y el trabajo era inmenso. Con el tiempo Nancy me cogió manía.

¿Usted quería a Nancy?
Era buena abuela, muy cariñosa, hasta que empezó a gritar y a pegar a sus nietos, y hasta ahí llegó mi empatía: ingresé a mis suegros en una residencia tras dos años y medio de convivencia.

¿El divorcio de su marido tiene algo que ver con esa situación familiar?
Al principio el alzheimer de Nancy nos unió. Tras llevarlos a la residencia vendimos la casa y después nos divorciamos.

¿Tiene miedo?
Sí. Mañana podrían diagnosticarme alzheimer y todo cambiaría para siempre. He entendido, de verdad, que la vida es muy breve. Y que no tengo tanta paciencia como me gustaría, pero es difícil querer a una persona que siempre tiene comida en el jersey y que te insulta. No volvería a exponerme a una situación como esa, pero me siento culpable por haberme rendido.

¿Le ha cambiado esta experiencia?
Sí, ahora veo a la gente mayor de una manera completamente diferente.

¿Cómo?
Son yo, lo único que nos separa son días. Las residencias están llenas de ancianos sentados en una silla esperando la muerte y la visita de sus familiares, que nunca van a verlos. Lucho por que el Gobierno invierta dinero en residencias de calidad con talleres creativos, donde haya actividad.

¿Nancy tenía momentos de felicidad?
Sí, los relacionados con lo sensorial, lejos del pensamiento: cuando cogía flores en el jardín o caminaba a la orilla del mar, jugaba con los perros, amasaba harina o bailaba.

Puede que esas sensaciones esenciales sean las que nos hacen felices a todos.
Es una buena visión, el sentimiento de felicidad cuando te da el sol en la cara es común a todos. Nancy está hoy en un buen centro, pero nunca la dejan salir al exterior, y lo entiendo, porque cuando yo la sacaba se escapaba o me arrancaba todas las flores.

...
Una vez estuvo acariciando, durante horas, una gallina como si fuera un bebé, acariciaba a los árboles, hablaba con los animales.Todo para ella era muy sensual: el tacto de los huevos recién puestos. Quería estar siempre al aire libre, la gente con demencia debería vivir en el hemisferio sur.

Le ha conmocionado esta historia.
Me llevaba a su cuarto para enseñarme a una mujer mayor que vivía con ella: era su propia imagen en el espejo, me invitaba a tomar el té con ellas. Era muy triste.

¿No ha aprendido nada positivo de la demencia de Nancy?
Sí, a disfrutar de lo sensorial. Ahora me gusta hacer todo eso que a ella le gustaba. Pero no me permitiría a mí misma llegar a ese punto. Irónicamente, Nancy era miembro de la sociedad de eutanasia.

¿Qué es lo que teme del alzheimer?
La pérdida de la dignidad. Nancy, una persona para la cual su inteligencia y su dignidad eran esenciales, terminó yendo con sus excrementos en la mano por la casa. Subestimamos mucho nuestro cerebro, ese órgano extraordinario que yo hoy estimulo constantemente... ¿Qué son las sensaciones sin sentimientos?

Nadie lo sabe.
Me deprimí mucho, no veía el final. Les prometimos que nunca los meteríamos en una residencia. Fue muy triste porque al cabo de un año él nos llamó y nos dijo que Nancy estaba mucho mejor y que querían volver a casa. Poco después él murió. Nancy sigue allí.

viernes, 19 de agosto de 2011

FRASES DE JUANMAROMO IX




Llegará un día en que entenderenos que somos ramas en el árbol infinito del universo. Cada uno de nosotros somos esquejes de una rama más antigua, y nuestros hijos brotan de nosotros floreciendo y madurando con el paso del tiempo. La muerte es tan solo un ciclo de la vida, porque ese árbol a quien algunos llaman dios forma parte de nosotros, como nosotros formamos parte de él.

Todo, absolutamente todo lo que realmente vale la pena en esta vida tiene un alto precio, pero nunca se paga con dinero.

La oración más sagrada es la que sale del fondo del corazón y vuela buscando su destino en el universo, puede que no sepas a quien va dirigida, pero seguro que alguien la escuchará.

El esfuerzo de cientos de personas durante años, puede
derribarlo la envidia con un soplo de estupidez.

No dejes que los recuerdos te encaden al pasado, conviértelos en alas que te eleven hacia el futuro.

Hay veces que hablo conmigo mismo, pero no hay nadie al otro lado...

Los celos son las termitas del amor, si no logramos exterminarlas, acabaran carcomiendo las vigas y hundiendo por completo la estructura de nuestra confianza... y de nuestro hogar.

No busques la verdad en las profundidades del conocimiento, búscala en cenit de la sabiduría.

Los niños no hacen lo que tú les dices, si no lo que tu haces, por eso, la mejor educación, la damos con nuestro ejemplo...

La poesía es el último reducto donde se refugia el alma para llorar sin lágrimas, gritar sin aullidos y cantar a voz en grito cuando ya no queda llanto, ni aliento, ni palabras.


Nada une más que un enemigo común, cuando no existen enemigos reales, el poder crea enemigos ficticios.

El poder puede controlar el conocimiento, pero jamás controlará la sabiduría.