Eustaquio Romero Almodóvar
El que insulta no me gusta, me pone en guardia como el trilero que mueve una mano para engañarme con la otra.
Hay ciertos temas en los que se emplean hombres sesudos y en los que nunca se me debe ocurrir entrar; yo estoy para el doraillo, que decía una señora encopetada desprestigiando a su criada. En la ciudad también se dan gentes que tosen alto y levantan la barbilla al pasar sin acordarse de lo que se han dejado en el pasado. Hombre sesudo, que se dice en el Romancero del Cid, es el sensato, el apercibido, el que piensa antes de obrar. El cabal, que al tiempo es sencillo y no busca distancia.
Me refería a temas de política económica en la que suelen encontrarse a gusto ciertos empleados que confunden la mente de Hayek con su mostrador de recontar monedas. Yo ni de eso puedo presumir porque mis cuentas corrientes están a la altura del más cortito y mis previsiones de futuro no vaticinan nada deslumbrante. No abundan los hombres sesudos en la política, a eso sí llego; los detecto a distancia y su discurso me pone enfermo por el atrevimiento, que no aguanto ni a los que se engallan presuntuosos ni a los que mienten y amañan las cosas para confundir al pueblo. Los políticos cabales son una bendición de Dios.
Se medra poco con las mentiras y aún el medro sería tan mediocre que sólo lo buscaría un tonto. Repitiendo las mismas frases sacan tajada algunos que sólo intentan desprestigiar y ponen el cesto para esperar la disolución del adversario. Nunca voto yo a esa gente, a eso también alcanzo, porque mi prototipo de candidato es el que me fascina, me convence, me hace asentir a su discurso y me conmueve hacia su plan de futuro. El que insulta no me gusta, me pone en guardia como el trilero que mueve una mano para engañarme con la otra. Y no adivino el truco muchas veces pero sé que está delante de mis narices con el fin de sacar ventaja.
Tenemos muchos políticos que prometen al salir derrotados que seguirán al pie del cañón por el bien del pueblo y luego se limitan a desprestigiar a las personas quitando la voz a ese pueblo y esperar así la venida de tiempos mejores, que serán los peores del adversario. Eso no es nunca política digna sino maliciosa y torpe y quien pierde siempre es el común que no aprovecha los beneficios de una diversidad bien conjuntada. Toda oposición en democracia debe ser positiva en cuanto así lo demande el bien común que nunca ha de quitarse de su mente. El insulto, la calumnia, la intención torcida tratando de inclinar la acción de gobierno a la ineficacia será dada en buena medida por un aspirante sin escrúpulos que, pese a que se diga que en política todo vale, se comporta de forma irresponsable. Nunca se pierde la obligación de ser honestos, de modo que, después de la sensatez y suponiéndola, se puede admitir ese todo vale.
No se prestan los tiempos a esta honradez, ya lo sé. Los partidos a veces no se ofrecen como ejemplares, pero estoy seguro que un espectáculo de moral transparente arrastraría voluntades. Mienten unos al amparo de los otros y consiguen que el ciudadano de a pie se confunda. Hay gente con voluntad de ganar como debe ser con un programa sensato y observad que va habiendo gente que sabe distinguirlos. En este barullo es verdad que a veces no se distingue bien lo digno y se acaba atraído a la voz más poderosa. Repetir mucho, que los oyentes son estúpidos y acaban matando las moscas según el nombre más pronunciado, piensan algunos. Ante la duda, inclinaos por el que aparezca más honesto, por el que gaste su tiempo en informar y convencer y no le quede para los improperios.
(Artículo de opinión de los semanarios de Publicaciones del Sur)
La niña tiene quince años, su fracaso escolar es total, el psicólogo que la trata se las ve y se las desea para paliar los profundísimos daños emocionales que sufre. Cinco de sus agresores sexuales, uno de ellos su violador, están en prisión sin fianza. Otros diez de sus depredadores permanecen imputados al filo de la prisión. Pero el caso no ha terminado y es probable que próximamente caigan otros implicados, destructores del cuerpo y el alma de una niña catalana que no supo defenderse de las perversas emboscadas que permite el lado más oscuro de internet.
Detención de un pederasta reincidente
El falso ojeador de fútbol base
En Murcia, la policía ha detenido a J.L.T.S., de 35 años, que ha ingresado en prisión, acusado de prostitución de menores, corrupción y provocación sexual. Este hombre acababa de salir de la cárcel tras cumplir condena por hechos similares. Para colmo, el detenido está relacionado con el caso Nanysex, la gran red de pederastia que distribuía vídeos desmantelada en el año 2005. En esta ocasión se hacía pasar por ojeador de fútbol base para captar adolescentes con los que después se citaba en hoteles o en su propio domicilio. Allí minaba su voluntad sobornándolos con regalos y dinero a cambio de mantener relaciones sexuales con ellos. Los agentes han encontrado en su casa abundante material informático que a media tarde de ayer todavía estaba siendo analizado.
En Murcia, la policía ha detenido a J.L.T.S., de 35 años, que ha ingresado en prisión, acusado de prostitución de menores, corrupción y provocación sexual. Este hombre acababa de salir de la cárcel tras cumplir condena por hechos similares. Para colmo, el detenido está relacionado con el caso Nanysex, la gran red de pederastia que distribuía vídeos desmantelada en el año 2005. En esta ocasión se hacía pasar por ojeador de fútbol base para captar adolescentes con los que después se citaba en hoteles o en su propio domicilio. Allí minaba su voluntad sobornándolos con regalos y dinero a cambio de mantener relaciones sexuales con ellos. Los agentes han encontrado en su casa abundante material informático que a media tarde de ayer todavía estaba siendo analizado.
Ocho meses de intensa investigación de unidades especializadas del Cuerpo Nacional de Policía en Barcelona han sacado a la luz el drama de una niña que por edad y formación no supo ni pudo afrontar el chantaje continuado de un grupo de hombres que, uno a uno y sin conocerse previamente, eligieron a esta jovencita como víctima de sus perversas fantasías sexuales.
Esta es la trágica historia de una adolescente, víctima de las engañosas relaciones que estableció a través de Facebook y Messenger desde la tranquilidad y la aparente protección de su hogar. Un relato del que sólo podemos contar retazos puesto que la juez ha declarado secreto de sumario y ha prohibido publicar hasta las iniciales de los detenidos para que no se descubra la identidad de la pequeña, ni por casualidad.
Cuando la niña conectó vía internet con los pervertidores, creyó que eran amigos y conocidos de su edad. Por eso les dio su confianza. Pero mentían. Eran adultos camuflados con aviesas intenciones y no les fue difícil, tras horas de conversaciones virtuales, convencerla de que mostrara algún encanto de su cuerpo entre adolescente e infantil. Lo hizo. Fue su perdición y el comienzo de una vertiginosa caída a un infierno del que no supo salir.
Como respuesta a su acción, un chantaje muy efectivo contra alguien de su edad: "O enseñas más o cuelgo las fotos por toda la red para que las vean tus padres, tus amigos y el colegio", fue el discurso para desarmarla. Y la niña enseñó más y con ello el drama creció como una bola de nieve descendiendo sin control por una ladera recién nevada. Nada pudo parar el drama. La niña quedó los fines de semana con los depredadores que se fueron sumando al perverso juego de corromper a alguien sin recursos emocionales para defenderse.
Para la investigación, fue una manada de lobos hambrientos de sexo, inventando una nueva fórmula de exhibicionismo, vejación y perversión de menores, además de violación. Unos le enviaron durísimas fotos de sexo explícito, aumentando así el grado de sometimiento al lograr con ello que la niña se sintiera cada vez más cómplice y culpable. Otros la citaron para pasar de lo virtual a lo tangible y le dieron dinero por ello. Así lograron que se creyera prostituta y se sintiera perdida. Perdió el sentido de la realidad. Uno la violó y otros la vendieron por dinero a tipos de su misma calaña. Por eso, aunque la tortura nació en Barcelona, llegó hasta Murcia y Palma de Mallorca. Fácil. Messenger y Facebook son muy simples de usar.
El desastre creció durante meses hasta que un día, el 5 de febrero pasado, la niña tocó fondo y se atrevió a decirle a su padre que algo pasaba con un hombre que la quería prostituir. Su relato, vago e inconexo, alarmó lo suficiente a su padre como para acudir a la Policía Nacional en Barcelona y los agentes tiraron del hilo que nacía en el ordenador de la habitación de la pequeña. Pronto descubrieron que se había quedado muy corta en sus explicaciones. Era mucho peor. Identificados los pervertidores, que se escudaban en el anonimato que erróneamente suponían que les confería internet, los detuvieron y acusaron a cada uno de ellos de su presunto delito específico, tales como corrupción de menores, exhibicionismo, pornografía infantil, agresión sexual y otros más. Los quince tienen entre 52 años el mayor, que es de Barcelona, y 21 el menor, este de l'Hospitalet de Llobregat. Los detuvieron en Barcelona, Sant Cugat, Vallirana, Gavà, Badalona, Murcia, Palma de Mallorca, El Prat de Llobregat y Arenys de Mar.
Sus oficios, variados: profesores de secundaria, entrenador de balonmano, entrenador de fútbol o monitor de escalada. No ha trascendido el del violador.
Esta es la trágica historia de una adolescente, víctima de las engañosas relaciones que estableció a través de Facebook y Messenger desde la tranquilidad y la aparente protección de su hogar. Un relato del que sólo podemos contar retazos puesto que la juez ha declarado secreto de sumario y ha prohibido publicar hasta las iniciales de los detenidos para que no se descubra la identidad de la pequeña, ni por casualidad.
Cuando la niña conectó vía internet con los pervertidores, creyó que eran amigos y conocidos de su edad. Por eso les dio su confianza. Pero mentían. Eran adultos camuflados con aviesas intenciones y no les fue difícil, tras horas de conversaciones virtuales, convencerla de que mostrara algún encanto de su cuerpo entre adolescente e infantil. Lo hizo. Fue su perdición y el comienzo de una vertiginosa caída a un infierno del que no supo salir.
Como respuesta a su acción, un chantaje muy efectivo contra alguien de su edad: "O enseñas más o cuelgo las fotos por toda la red para que las vean tus padres, tus amigos y el colegio", fue el discurso para desarmarla. Y la niña enseñó más y con ello el drama creció como una bola de nieve descendiendo sin control por una ladera recién nevada. Nada pudo parar el drama. La niña quedó los fines de semana con los depredadores que se fueron sumando al perverso juego de corromper a alguien sin recursos emocionales para defenderse.
Para la investigación, fue una manada de lobos hambrientos de sexo, inventando una nueva fórmula de exhibicionismo, vejación y perversión de menores, además de violación. Unos le enviaron durísimas fotos de sexo explícito, aumentando así el grado de sometimiento al lograr con ello que la niña se sintiera cada vez más cómplice y culpable. Otros la citaron para pasar de lo virtual a lo tangible y le dieron dinero por ello. Así lograron que se creyera prostituta y se sintiera perdida. Perdió el sentido de la realidad. Uno la violó y otros la vendieron por dinero a tipos de su misma calaña. Por eso, aunque la tortura nació en Barcelona, llegó hasta Murcia y Palma de Mallorca. Fácil. Messenger y Facebook son muy simples de usar.
El desastre creció durante meses hasta que un día, el 5 de febrero pasado, la niña tocó fondo y se atrevió a decirle a su padre que algo pasaba con un hombre que la quería prostituir. Su relato, vago e inconexo, alarmó lo suficiente a su padre como para acudir a la Policía Nacional en Barcelona y los agentes tiraron del hilo que nacía en el ordenador de la habitación de la pequeña. Pronto descubrieron que se había quedado muy corta en sus explicaciones. Era mucho peor. Identificados los pervertidores, que se escudaban en el anonimato que erróneamente suponían que les confería internet, los detuvieron y acusaron a cada uno de ellos de su presunto delito específico, tales como corrupción de menores, exhibicionismo, pornografía infantil, agresión sexual y otros más. Los quince tienen entre 52 años el mayor, que es de Barcelona, y 21 el menor, este de l'Hospitalet de Llobregat. Los detuvieron en Barcelona, Sant Cugat, Vallirana, Gavà, Badalona, Murcia, Palma de Mallorca, El Prat de Llobregat y Arenys de Mar.
Sus oficios, variados: profesores de secundaria, entrenador de balonmano, entrenador de fútbol o monitor de escalada. No ha trascendido el del violador.