¿Qué fue lo primero que comimos?
Plantas silvestres.
¿Al principio fuimos vegetarianos?
Al principio fue el hambre. Somos hijos del hambre, que nos hizo comer hojas, semillas, bayas, frutos, raíces...
¿Lo primero que pillábamos?
¡Miles de humanos cayeron al ingerir plantas tóxicas para nosotros! Y así fuimos conformando una dieta idónea, rica, variada.
En la que faltó proteína animal.
Comíamos también pescado, marisco, carroña, y un día catamos el cadáver quemado de un animal y nos gustó. Y empezamos a comer carne asada, cuando podíamos cazarla.
Éramos cazadores recolectores.
La mayor parte de los 150.000 años de nuestra historia. Sólo hace 10.000 años empezamos a cultivar plantas para comerlas.
¿Qué nos convirtió en agricultores?
Cambios climáticos desecaron pastos, diezmaron animales a los que seguíamos y cazábamos. Y tuvimos que seleccionar semillas propicias para sembrar y cosechar...
¿Dejó de ser natural nuestra comida?
Antes de la agricultura ya usábamos el artificio del fuego para ablandar la comida... Nuestra especie es artificiosa: hincar un palo en un hormiguero para robar semillas a las hormigas, o seleccionar semillas para cultivarlas o mejorarlas transgénicamente... es lo mismo: ¡artificio!
¿Cómo nos cambió la agricultura?
¡Tuvimos que trabajar! La vida del cazador recolector era más relajada..., aunque sólo podía alimentar a grupos pequeños. ¡Durante miles de años la población humana del planeta no subió de 40.000 individuos!
Poquito daño hacíamos...
La esforzada vida del agricultor sí pudo ya alimentar a más gente..., y creció la población humana. A costa, eso sí, de una dieta más monótona y menos variada que antes.
Y aquí estamos.
Gracias a la eficaz selección de semillas: fuimos escogiendo las más gordas, las más apiñadas, las más altas para facilitar su cosecha, las más resistentes a plagas y almacenajes… Y hoy perfeccionamos esa domesticación de semillas con ingeniería genética.
¿Se refiere a las semillas transgénicas?
Facilitan mejores producciones, con variedades vegetales que aguantan mejor las plagas y el transporte.
¿A costa de riesgo para la salud?
¡Los transgénicos son los organismos más testados y controlados de la historia. Les he dedicado media vida ¡y yo quiero lo mejor para mis nietos! Más que los ecologistas...
¿Y qué aconsejaría a sus nietos?
Que coman de todo. Sin angustias..., y con cautela los alimentos de la mal llamada agricultura ecológica (AE).
¿Por qué dice esto?
La AE fertiliza cultivos con estiércol animal a veces mal compostado, fresco, con peligro de contaminar por coliformes fecales frutas y verduras, lechugas, acelgas, espinacas...
¿Pretende asustarnos?
¡No tanto como los ecologistas con los transgénicos! También es falso que los plaguicidas naturales sean más inocuos para el entorno y la salud que los sintéticos.
¿Vivan los transgénicos?
¡Han salvado de hambrunas a miles de vidas, y más que salvarán!
Pero los frutos ecológicos son más nutritivos y sanos que los demás.
¡Propaganda engañosa y desleal! Es falso: no hay evidencia científica de tal cosa.
Pues los alimentos ecológicos son más sabrosos.
Falso. Se han hecho catas ciegas, y no.
Perdone, pero la fruta de hoy ya no sabe ni huele como la que yo comía de niño.
Por no recolectarse en su punto óptimo de maduración, sino en el idóneo para su transporte, distribución, almacenamiento... ¡Nada tiene que ver con que sea ecológica o no!
De todos modos, es lastimoso.
Esta producción y comercialización de alto rendimiento ha reducido los precios a una cuarta parte en los últimos treinta años, y a la mitad la proporción de hambrientos.
Ya, pero...
El que hoy se queja de que el pollo de antes sabía mejor ¡es un privilegiado que podía comerlo antes, cuando tantos no podían!
Me callo. ¿En qué momento de la historia hemos comido más y mejor?
¡Hoy! Por variedad, cantidad y calidad. En el siglo XVIII un europeo dedicaba veinte veces más tiempo que hoy de su día a día a procurarse el sustento..., y la esperanza de vida era de 40 años, de promedio.
¿Erradicaremos algún día el hambre en el mundo?
Vamos bien, aunque es mala noticia que hoy sea más rentable una hectárea para biocombustible que para alimento.
Roturemos nuevas tierras de labor.
Es una grave agresión a la tierra invadir más suelo silvestre para cultivos. Mejor extraigamos más rendimiento por hectárea. ¡Por eso necesitamos transgénicos! La AE rinde muy poco por hectárea: no podremos así alimentar a una humanidad creciente.
¿Cuánto suelo cultivado por persona?
Hace medio siglo precisábamos media hectárea por persona. Hoy basta con un cuarto de hectárea. Si la población mundial crece, habrá que bajar a un octavo. ¡Lo lograremos... domesticando genomas vegetales!
¿A cuánta gente alimentaremos así?
A 12.000 millones de personas. No más.