Últimamente nos están bombardeando sobre el inminente fin de
la gratuidad del WhatsApp y dando una serie de consignas absurdas para evitar
tener que pagar el servicio. Estos bulos, como tantos otros que circulan por la
red, los siembran los recolectores de correos para poder vender miles de direcciones
a los piratas de la basura y de esta manera extender sus redes y pescar en rio
revuelto. Lo que está claro es que el Wats no es gratuito, nada lo es, hay muchas
formas de pagar y los usuarios de esta aplicación pagamos con nuestra
intimidad.
Cuando instalamos el WatsApp, inmediatamente entra en
nuestra libreta de direcciones y captura todos los contactos, con sus números
de teléfono, correo electrónico y datos
que de ellos tengamos, una vez en el servidor, son vendidos a las grandes
empresas de marketing que de esta manera dispones de bases de datos ingentes a
un precio ridículo. Otro problema de esta aplicación es la falta de privacidad,
cualquier usuario puede espiar a otra persona y saber cuándo se ha conectado,
cuando está en línea e incluso cuando está tecleando.
Este tipo de aplicaciones son potencialmente peligrosas, se
han producido varios episodios gravísimos, sobre todo con Viber, en el que los
mensajes se ha reenviado a toda la lista de contactos, poniendo en evidencia a
miles de usuarios y ocasionando conflictos familiares de efectos incalculables.
Otro problema añadido, es que aunque tu borres tu lista del mensajes, estos
están almacenados en el servidor durante un tiempo, con el riesgo de ser
reenviados a direcciones indeseadas. El precio a pagar por utilizar estos
programas puede ser muy alto, sobre todo si tienes algo que ocultar.
JUANMAROMO