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sábado, 2 de octubre de 2010

EL REGALO DE LAS MUSAS



Cuenta la leyenda que tras ser arrojados del paraíso por un pecado de amor, Adán y Eva vagaban por entre los bosques refugiándose en cuevas y temiendo el ataque de las alimañas.
Una noche, mientras Eva lloraba desconsolada se le aparecieron las musas y así le hablaron.
- Te hemos oído llorar durante noches y días sin que nada ni nadie sea capaz de  enjugar tu llanto, por eso te traemos este instrumento, es un regalo de los dioses y se llama lira, cada una de sus cuerdas expresa un sentimiento, y tensándolas y aflojándolas según la intensidad de tu alegría o de tu pena, podrás llorar sin derramar una lágrima o cantar sin que tu voz resuene. Llévala siempre contigo y tus cargas se harán más llevaderas.
Eva la tomó entre las manos y comenzó a tañer sus cuerdas, al momento se hizo el silencio en el bosque y hasta los pájaros bajaron de las ramas para escuchar tan celestial sonido.
Pasaron los tiempos y Eva siguió componiendo hermosas melodías tejidas con risas y llantos, con miedos y esperanzas, pero llegó un momento que ya no podía extraer nuevas notas, era como si la magia se hubiera acabado.
Un día en que Adán encontró la lira olvidada entre unas piedras, la tomó entre sus manos y apenas fue capaz de arrancarle unos sonidos discordes, pero a él le parecieron la más hermosa de las melodías. Cogió el instrumento y se fue a la cueva de Baco donde libaron y  cantaron hasta perder el sentido. A la mañana siguiente sólo quedaba el caparazón de la tortuga, y unas cuerdas destrozadas, la música había muerto.
Cuando Eva la encontró, lloró amargamente por no haber sabido cuidar tan maravilloso legado y pensó que nunca más volvería a ser feliz, pero esa misma noche le visitaron de nuevo las musas y así le hablaron.
-No llores más mujer, en verdad que el regalo que te hicimos no podía expresar todos tus sentimientos, por eso hemos creado uno nuevo, un instrumento que será capaz de captar y mostrar todos los matices  de tu alma infinita. La acariciarás entre tus dedos, la apretarás junto a tu pecho, y ella hablará, reirá y llorará por ti, y no temas por Adán, él será incapaz de arrancarle ni una sola nota ni de llevarla consigo. A partir de ahora la voz de tu corazón palpitará entre las cuerdas mágicas del arpa.

JUANMAROMO


lunes, 13 de septiembre de 2010

OTIS REDDING, EL REY DEL SOUL

Aunque naciera en Dawson (Georgia), el 9-09-41, creció en Macon, a donde su familia tuvo que trasladarse tres años más tarde, donde su padre simultaneaba la labor de predicador con el trabajo en una base aérea militar. Al enfermar, Otis hijo pronto tuvo que dejar la escuela para mantener a su familia (cuatro hermanas y un hermano), alternando los trabajos de picador y dependiente de gasolinera con la música.
Otis comenzó tocando la batería en el colegio entre bandas de grupos de gospel. También cantaba junto con un cuarteto adolescente de gospel, desarrollando los rudimentos de guitarra y piano. Finalmente, en 1958, entró como vocalista de The Upsetters, la antigua banda del ídolo local Little Richard. Allí también conoció a su futura mujer Zelma, al guitarrista y showman Johnny Jenkins, así como a su futuro manager Phil Walden, un joven blanco relacionado en el muundillo del rhythm & blues.
En 1960, descontento con sus progresos en Macon, marchó durante unos pocos meses a Los Angeles. Allí se instaló con una de sus hermanas, trabajando lavando coches y, en julio, grabó dos singles: "She's alright", "Tuff Enuff", "I'm getting hip" y "Gama Lamma". De regreso a Macon, a mitad de 1961, grabó un tercer single en Athens, Georgia con demasiadas influencias de Richard para el sello Confederate de Bobby Smith: "Shout Bamalama" y "Fat Girl".
Pero la gran oportunidad le llegó en la casa de discos Stax Records. Esta compañía formada por dos blancos, Jim Stewart y su hermana Estelle Axton, fue fundada como sello discográfico en 1958. Tras el éxito de "Cause I Love you", compuesta por Stewart, pero cantada por Carla Thomas, hizo que Atlantic se fijara en ella y firmara un contrato de distribución nacional . Con un sonido característico y apoyado por una impecable sección rítmica -Booker T. & The MG.'s, cuyo éxito, el instrumental "Green onions" en verano de 1962, había catapultado a la compañía- y en los vientos cortantes de los Mar-Keys (Memphis Horns), una pléyade de compositores/productores de gran talento y un rosario de artistas con ganas de comerse el mundo (Rufus y Carla Thomas, William Bell, Sam & Dave, Albert King, Wilson Pickett, Bar-Kays, Johnny Taylor, Eddie Floyd y los citados Booker T. Jones y Memphis Group).
Por estas fechas, Otis era un miembro permanente de la banda de Johnny Jenkins, The Pinnetoppers, un virtuoso guitarrista local. Ese año de 1962, Otis -que iba de conductor de la camioneta- acompañó al grupo de Johnny Jenkins y su banda, The Pinetopppers, para hacer una grabación en principio instrumental en la sede de Stax en Memphis. Otis preguntó si podría grabar una canción y Phil Walden convenció al promotor Joe Galkin para que así fuera, aunque Walden dijo que el plan era dar una oportunidad a Otis. Sea como fuera, el nuevo material de Jenkins no causó demasiada sensación, con lo que las cosas se precipitaron. Booker T. Jones había ya abandonado la grabacion, dejando al guitarrista Steve Cropper tocar el piano, mientras Jenkins lo hacía con la guitarra. La primera canción "Hey Hey Baby", de Little Richard, no impresionó demasiado; por el contrario, "These arms of mine", compuesta por él mismo dos años antes, que inauguraría el catálogo Volt, consiguió auparse meses más tarde a las listas de éxito y llegó a convertirse en el prototipo de balada que tanto le iba a hacer famoso.
Hasta el verano de 1963, no llegó la segunda sesión en Stax. Fueron "That's what my heart needs" y "Mary's little lamb", que formaron su segundo single propio y que es de las pocas canciones con coro probablemente The Veltones (las otras son "Look at the girl" y "I've got dreams to remember"); El tercer single fue "Pain in my heart" y "Something is worrying me"; "Come to me", incluida en el segundo LP, y "Don't leve me this way" fue su cuarto single, que junto con "Security", se incorporarían a su primer album Pain in my heart, lanzado en febrero de 1964, junto con los músicos de sesión de la Stax, que secundaban sus grabaciones y sus más importantes conciertos: Isaac Hayes (órgano, piano), Booker T. Jones (teclados) y el Memphis Group de Al Jackson Jr. (batería), Steve Cropper (guitarra), Donald 'Duck' Dunn (bajo), estos dos últimos procedentes de The Mar-Keys (The Memphis Horns), Joe Arnold (saxo tenor), Wayne Jackson (trompeta), Andrew Love (Saxo tenor y barítono); así mismo, Otis eligió a The Bar-Kays como banda de acompañamiento (cuyo exito más sonado fue el instrumental "Soul finger" en 1967).
Luego llegaron otros sigles recogidos en los siguientes albumes, muestra de su crecimiento musical: en marzo de 1965, The great Otis Redding sings soul ballads ("Come to me"; "Chained & Bound"; "Keep your arms around me"; "For your precious love"; "Woman, a lover, a friend"; "Home in your heart", versiones de The Impressions, Jackie Wilson y Salomon Burke; "Mr. Pitiful", por el sobrenombre que le puso un diskjockey.
A mitad de 1965, seis meses más tarde de la muerte de Sam Cooke, consiguió un inminente relanzamiento de una de sus primeras obras maestras. Una particular astucia para elegir y combinar diferentes materiales que han superado el paso del tiempo admirablemente: The Otis Blue, reflejo de un instinto insuperable para los arreglos, la tenacidad y el genio del autor que lo grabó en un período de 24 horas. Incluso el ingeniero supremo de la casa discográfico de Atlantic para incluir tres temas en estéreo. El album supuso el primero éxito masivo, llegando al número 2 de las listas y a vender de 250 a 350.000 copias. Una de sus canciones, "I've been loving you too long", escrita junto con Jerry Butler en un hotel de Buffalo fue el mayor éxito comercial hasta "Dock ..."; "Shake" y "A change is gonna come", ambas de Sam Cooke; "Rock me baby", de B.B. King; "Respect", que más tarde popularizó Aretha Franklin, "Ole man trouble"; "You don't miss your water; "Down in the valley"; "Satisfaction", de Rolling Stones; "My girl", de Smokey Robinson). Otis estaba escribiendo canciones no sólo de éxito, sino definidoras de un género.
En abril del '66 apareció The Soul Album ("Just one more day"; "Cigarettes and Coffee"; "Chain Gang", de Sam Cooke; "Good to me"; "Everybody makes a mistake", de Eddy Floyd; "I'ts growwing", de The Temptations). En abril del mismo año grabó el album en directo Otis Redding in Person at the whisky a Go-Go, aunque no apareció hasta después de su muerte. En apenas dos años, Otis y su banda había alcanzado su madurez, con otra obra maestra aparecida en octubre de ese año The Otis Redding Dictionary of soul: Complete and Unbelievable ("Fa-Fa-Fa-Fa-Fa"; "Sweet Lorene"; "Try a little tenderness", una de sus canciones más famosas, cantada con anterioridad por Bing Crosby y Sam Cooke; "Day Tripper", de The Beatles, su primer intentode ganar a la audiencia pop blanca; "My love's prayer"; "Ton of Joy"). Jim Stewart tuvo la idea de unir su voz con la de Carla Thomas, cuyo resultado fue Otis Redding/Carla Thomas: King & Queen, con canciones como "Tramp"; "Knock on wood", de Eddie Floyd; "Lovey Dovey"; "New Year's resolution"; "Ooh Carla, Ooh Otis".
A comienzos de 1967, el mundo del rock estaba en alza. The Beatles, The Doors, el debut de Aretha Franklin, la promoción a Arthur Conley. Fue cuando Stax/Volt intentó promocionar a sus artistas en Europa: Otis, Carla, Sam & Dave, Eddie Floyd, Arthur Conley, Booker T. & The MG's and The Mar-Keys. El resultado fue que la revista Melody Marker le otorga el título de mejor cantante del año, reemplazando a Elvis Presley que lo había sido durante los nueve años anteriores. Fruto de esa gira son los tres discos en directo, Londres y París, y Live in Europe. Asimismo, se presento en junio en el Festival benéfico Internacional de Monterey, relanzamiento cara al mercado pop norteamericano, donde una multitud de 55.000 voces enfervorizadas: Monterey Pop Festival con Jimy Hendrix. Y aún saca tiempo para descrubrir nuevos talentos (William Bell, Bar-Kays) o montar su propia compañía, Jotis.
En la cumbre del éxito, el 6-7 de diciembre grabó "The dock of the bay", de la que se venderían un millón de copias y su único primer número uno en las listas de pop y r & r. Un desgraciado accidente la mañana del 10 de diciembre en Lake Monona, en las afueras de Madison (Wisconsin), a sólo tres minutos de su destino, acabó con su vida y con todos los miembros, excepto dos, del grupo de acompañamiento Bar-Keys (James Alexander y Ben Cauley), al estrellarse su avioneta. Al entierro, con más de 5000 personas en el auditorio municipal de su adoptiva Macon, mientras la muchedumbre seguía los oficios en las calles. Asistieron todos los famosos del mundo soul: James Brown, Aretha Franklin, Steve Wonder. Cantarón Joe Simon y Johnny Taylor con acompañamiento al órgano de Booker T. Jones, mientras Sam and Dave y la pléyade de la casa Volt transportaban el féretro. Desaparecía en el mejor momento, con tan sólo 26 años, el mismo día pero tres años después de que encontrara la muerte de un disparo en un motel de Los Angeles Sam Cooke.
Luego se editaron cuatro albumes póstumos. El primero The dock of the bay, publicado en febrero del '68 con la canción que da título y canciones repescadas de anteriores albumes. Más tarde, en parte, recogiendo material de estudio inédito, The Inmortal Otis Redding ("Hard to handle", "Amen", "I've got dreams to remember" - coescrita con su mujer y con coros añadidos después de su muerte, "Champagne and Wine", "The Happy song"), Soul Christmas ("Merry Christmas Baby", "White Christmas"), Love man  ("Direct me", "Love man", "Free me", "Look at that girl"); Tell the truth; ("The match game", "Tell the truth"); prueba no sólo del torrente de ideas y de lo siempre prolífico que fue, sino de la mejoría de su voz (a pesar de haberle sido extraido diversos pólipos en la garganta) y de la riqueza del material; en parte, de la explotación del mito, con rarezas y versiones, Remember me, o de los inevitables recopilatorios, Dreams to remember, etc.

http://www.eniac.es/usuarios/pguzman/otis/biografia.htm



viernes, 10 de septiembre de 2010

LA SIRENA DE LOS OJOS VERDES



Él era un navegante experto. llevaba muchos años surcando las procelosas aguas de la red, y había salido airoso de vientos y galernas. Una noche, se sintió atraído por una música irresistible y ancló si nave en puerto desconocido. Se detuvo durante unas horas a escuchar esos cantos, que como a Ulises le atraían de una manera irrefrenable. Partió a la media noche, pero al día siguiente volvió a recalar en aquellas playas. La música seguía sonando embrujadora, pero aquella tarde, había una sirena entre las rocas. Sus ojos esmeraldas emanaban una sonrisa triste y melancólica, pero inquietantemente hermosa.
-Quien eres tú?,- preguntó el navegante, pero ella permaneció en silencio, solamente sus ojos parecían hablar por ella, como respuesta, le cantó una hermosa y triste melodía, y en un momento desapareció entre las olas.
El marinero quedó prendado de su belleza, y cada noche se acercaba a escuchar sus cantos en silencio. Un día, antes de partir, le dejó una canción encerrada en una botella. Mientras zarpaba, pudo ver como ella, se la acercaba al oído, y cerraba los ojos.
A partir de aquel día, todas las tardes, recalaba en sus aguas a escuchar sus cantos y a dejarle su mensaje musical encerrado en su cárcel de vidrio.
Pasaron los meses, y se estableció entre ellos un lazo etéreo . Cada canción, era un mensaje de amistad, de cariño y de comprensión. Aprendieron a hablarse a través de la música de tal manera que no necesitaban de palabras, cada uno elegía con precisión esa melodía, esa balada o ese potente arranque de Heavy que transmitía todo lo que habían sentido durante el día.
Una noche, la sirena de los ojos verde no apareció, la cala estaba huérfana, y el silencio solamente era roto por el lamento de los vientos y el rugir de las olas. Dejó su mensaje flotar entre las aguas y partió tristemente. Pasaron los días, y ella no aparecía, sin embargo, cada noche él le dejaba su ampolla rebosante de la mejor música que había encontrado.
Los meses se fueron sucediendo, y no volvió a encontrarla, sin embargo, cada noche, la brisa le musitaba al oído el cálido mensaje que desde algún lugar remoto ella le enviaba, y como un rito, continuó arrojando sus botellas, con la esperanza de que algún día ella las volviera a escucharlas entre las arenas de su mágica playa.