Señor, ¿dónde te escondes que ignoras mis plegarias?
te he buscado en el espacio, en el tiempo, en los ojos de un niño,
pero solo hallé silencio.
Quizás creaste el mundo entre miles de mundos
y lo dejaste a medias, inacabado, imperfecto
y te marchaste a crear otro más bello.
Señor, ¿dónde te escondes cuando abruma el silencio?
cuando el dolor me ahoga, cuando el cielo está negro.
te he buscado en el espacio, en el tiempo, en los ojos de un niño,
pero solo hallé silencio.
Quizás creaste el mundo entre miles de mundos
y lo dejaste a medias, inacabado, imperfecto
y te marchaste a crear otro más bello.
Señor, ¿dónde te escondes cuando abruma el silencio?
cuando el dolor me ahoga, cuando el cielo está negro.
cuando el mar huele a muerte y llueve sangre del cielo.
Quizás hayas muerto en el árbol que se quemó en el bosque
en los ríos cloaca, o en el mar vertedero,
en el niño soldado que mata y que muere...
Quizás hayas muerto en el árbol que se quemó en el bosque
en los ríos cloaca, o en el mar vertedero,
en el niño soldado que mata y que muere...
¿El dolor de tus hijos no ha llegado hasta el cielo?
¿o es que el cielo no existe, y tan solo hay infierno
donde nos arrojaste por nacer imperfectos?
Todavía te busco en la piel de mi amante
en la aurora gozosa, o el ocaso vibrante.
Te presiento en el vientre de esa niña preñada,
en las manos unidas, en los ojos en llamas,
pero tú te has marchado o quizás nunca fuiste
más que un sueño forjado entre el miedo y el hambre
Juanmaromo
*Me he hecho tantas veces esta pregunta, y nadie la contestó que a veces creo que Atahualpa Yupanki dio con la respuesta, al menos ese Dios de barba y triangulo de diadema, es seguro que se almuerza en la casa del patrón.
JUANMAROMO