Nuestra vida discurre por una carretera a la que llamamos destino, a derecha e izquierda encontramos desvíos, atajos y autopistas que prometen llevarnos más rápido y más seguro a la meta, pero ¿cual es la meta?. El sino nos marca una ruta, pero nosotros podemos tomar otros caminos distintos, podemos conducir como suicidas o hacer del viaje un paseo disfrutando de un hermoso paisaje. El destino siempre nos embarca solos, pero a lo largo del camino podemos elegir seguir en solitario o buscar una compañía para compartir viaje, parar a ayudar a los accidentados, recoger autoestopistas o cerrar los ojos a todo lo que no seamos nosotros. La carretera es inmutable, pero la forma de conducir y completar el viaje es únicamente nuestra y nuestra será la responsabilidad de la elección, lo importante es disfrutar del viaje en buena compañía, porque nadie sabe donde y cuando llegaremos a puerto, lo único que no podemos hacer es cambiar de coche.
JUANMAROMO