Ayer tuve un día terrible, en plena crisis de angustia por el síndrome de abstinencia me dirigí al templo de La sagrada Familia, a nadie le pareció importarle que entrara por delante de cientos de personas y me colara sin pagar. Subí de un tirón los seiscientos escalones que conducen a la torre más alta y me asomé a la balaustrada, desde ahí se dominaba una impresionante vista desde el mar hasta las montañas próximas.
Me enfilé a lo más alto del mirador, y tomando aire me lancé al vacío … En seguida me di cuenta que planeaba como una hoja mecida por el viento, me cruce con un halcón peregrino que perseguía a una paloma, y a los pocos minutos, la brisa me depositó en el estanque que se extiende ciento veinte metros hacia abajo. Me quedé aturdido, y entones, solo entones comprendí que yo, “tuloquito”, no era una persona de carne y hueso, era un personaje de ficción que alguien había creado con no se que oscuros propósitos. Corrí hacia mi casa, abrí el correo en busca de mensajes de “miloquita”, pero todo seguía vacío y muerto….
Entonces lo comprendí todo, de un soplo me introduje por el monitor, y al otro Lado estaba ella, llorosa, amordazada, casi en los huesos. La acuné entre mis brazos mientras notaba como el corazón me estallaba en el pecho.
Hemos hablado toda la noche, nos hemos contado todo, ahora sabemos que fuimos creados por alguien que nos utilizó para quererse en secreto, cuando el juego acabó, nosotros estábamos locamente enamorados el uno del otro. A miloquita, la maniataron y la encerraron para que no pudiera seguir hablándome, y alguien en su lugar, me mandaba escuetos y fríos mensajes, quien sabe si por sadismo o por una compasión mal entendida.
Por fin estamos juntos, nos vamos a un mundo donde podremos amarnos eternamente sin barreras, sin miedos, sin intermediarios .
JUANMAROMO