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sábado, 10 de marzo de 2012

LA JAURIA



Esta noche he soñado que perdia mi trabajo, que el fondo de pensiones habia quebrado y que todo el esfuerzo de mi vida se colaba por el sumidero.
Esta noche he soñado, que harto de mendigar trabajo. habia cojido la maleta con mis cuatro mudas y los restos de mi esperanza hecha girones, Europa se habia deshecho y volvia a haber fronteras por todos los sitios, y ahora tras la terrible crisis, eran telones de acero.
Empeñé lo poco que me quedaba para pagar a unos guias que me pasarian a Francia por las sendas boscosas del Pirineo. Nos encontramos cerca de Boadella, y desde alli tres dias andando sin comida, bebiendo de los restos de nieve, y acosados por los civiles de un lado y los gendarme de otro. Dormiamos en madrigueras de osos, a doce bajo cero, agazapados uno junto al otro para no morir congelados.
Al despertar, los guias nos habian abandonado llevandose lo poco que teniamos. no sabiamos donde estabamos, en mi desesperación sali corriendo a traves del bosque, a lo lejos podia escuchar el ladrido de los perros guardianes que me seguian de cerca, sentia el estomago salirse por la boca y el miedo me quemaba en el alma, corri y corrí durante horas. pero de nada sirvió, podia sentir el aliento de los perros pisandome los talones, podia escuchar sus jadeos y sus aullidos de triunfo cuando varios de ellos se abalanzarón sobre mi y me tirarón al suelo, luché deseperadamente, a patadas a mordiscos, ya no sentia el dolor, ya no sentia miedo, ya solo queria morir matando....
Me he despertado envuelto es sudor y jadeando, he tardado en darme cuenta que estaba en mi cama, en mi casa, en mi tierra, y no he podido por menos que acordarme de esos espaldas mojadas que matan a tiros en rio grande, en los negros que se ahogan en la miseria de las pateras y en los republicanos que escaparón por esa misma ruta de mis sueños, perseguidos por los secuaces de franco.
Y he pensado cuan injustos y cuan egoistas somos cuando llamamos sudacas, moracos, rusiatas o negratas de mierda, a toda esa gente que solo viene porque el hambre y la muerte les muerden los talones.


JUANMAROMO

jueves, 16 de diciembre de 2010

Matanza a las 9


 
Emma Riverola Escritora
  Antes de las 9 de ayer, un trabajador de la construcción de 57 años era un hombre desesperado. Después de cinco meses sin cobrar y con un padre anciano a su cargo, los amos de la empresa donde trabajaba le acababan de anunciar el despido. Ahogado por las deudas, se había apresurado a cobrar unos atrasos salariales. La caja le confirmó la estocada: el talón carecía de fondos. Antes de las 9, Pere Puig Puntí era una víctima. Una más del rosario de víctimas de esta maldita crisis que no cesa de golpear a nuestra sociedad de cristal.

Y a las 9, la víctima enloquecida se convirtió en verdugo y el horror nos borró la conmiseración, la comprensión y hasta las palabras.
A partir de las 9, un hombre nos ha hecho sentir un poco más frágiles, un poco más temerosos. Miramos el vidrio que nos separa del abismo y nos preguntamos cuánto será capaz de soportar sin quebrarse. Los mazazos de la injusticia están empezando a levantar esquirlas, fragmentos tan afilados que provocan los aullidos de los más desesperados, la locura de los más vulnerables.
Ayer, a las 9, el cristal se tiñó de sangre, dolor y angustia. Hoy miramos la superficie y caminamos sobre ella con paso inseguro, medroso. Da miedo pensar que un añico pueda alcanzarnos y herirnos. Pero, más aún, estremece imaginar que podemos convertirnos en un filo hiriente e injusto. Letal.