Comenzó a escribir con diecinueve años, vendiendo su primer relato a la revista Vortex en 1952. Se graduó en Artes en la Hardin-Simmons University de Abilene (Texas), e hizo estudios de postgrado en la Universidad de California en Berkeley, siendo en este periodo, cuando fue cofundadora de la Society for Creative Anachronism, una sociedad para el estudio de las culturas europeas anteriores al Siglo XVII. Publicó su primera novela en 1957, gozando de un reiterado éxito hasta su muerte. Recibió el Fantasy World Award a título póstumo. Durante la década de los años sesenta, publicó una serie de novelas de carácter homosexual, entonces tachadas como pornográficas, con los seudónimos de Morgan Ives, Miriam Gardner, John Dexter y Lee Chapman.
Fue una prolífica autora de relatos y novelas de fantasía y ciencia ficción, con la característica de ser tratadas desde el punto de vista femenino. Destaca en su producción su serie de ciencia ficción Darkover, y su saga de novelas artúricas entre las que destaca
La nieblas de Avalon.
Las nieblas de Avalon es no sólo uno de los éxitos editoriales más formidables de los últimos años con millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, sino también una de las versiones más hermosas que se han publicado de La Leyenda del Rey Arturo.
Aunque mucho se ha escrito sobre aquella época mágica y misteriosa, Marion Zimmer Bradley lo hace por primera vez desde la perspectiva de los personajes femeninos, por medio de la mirada y las vidas de las mujeres que hicieron posible el mito gracias a la lucha y el sacrificio personal.
La antigua tradición celta se enfrenta a la llegada del cristianismo en Avalon, un lugar envuelto por la niebla donde Viviana, suma sacerdotisa -la Dama del Lago- tiene como misión encontrar un rey que pueda ser fiel tanto a los ritos ancestrales de Avalon como a las nuevas costumbres de los invasores cristianos.
Con la ayuda de Merlín, Viviana hará realidad la voluntad de la Gran Diosa Madre celta cuando su hermana dé a luz al Rey Arturo, aunque no sin obstáculos, pues Arturo deberá doblegar primero a su propia hermana Morgana, mujer de carácter fuerte y decidido que no dudará en manipular de forma implacable a los demás protagonistas de esta historia.
Además de una lectura obligada para los amantes de las antiguas leyendas celtas y sajonas, Las nieblas de Avalon es una gran epopeya en la que los sentimientos -desde el valor, la lealtad y el coraje hasta el amor, el placer y la traición- desempeñan un papel determinante. La historia se desarrolla en cuatro libros:
1- Experta en magia, el libro primero de LAS NIEBLAS DE AVALON, narra los sucesos acaecidos desde la temprana infancia de Morgana hasta que su hermano de madre, Arturo, es coronado como Rey Supremo de Bretaña. Es Morgana quien relata y a veces se dirige directamente al lector, desde el punto de vista de las religiones y leyendas existentes en Bretaña antes de su cristianización. Y sobre todas las hazañas, ambiciones, pasiones y aventuras, aparece el profundo conflicto entre el Cristianismo que quiere ser única religión de todos y la vieja religión de Avalon, que viene a través de pictos y britanos de la Prehistoria de las islas. Ginebra -Gwenhwyfar- que en este primer libro sólo aparece como una niña blanca y dorada que se pierde entre las nieblas de Avalon, será la cristiana esposa de Arturo. LAS NIEBLAS DE AVALON revela como las protagonistas de la leyenda del Rey Arturo (Ginebra, su esposa; Igraine, su madre; Morgana, su hermana; y Viviane, la majestuosa Dama del Lago y Sacerdotisa Suprema de Avalon) podrían haber pensado, sentido y reaccionado ante los acontecimientos.
2- La reina suprema.- Introduce al lector en la corte de Lothian, al norte del país, donde habitan las tribus de raza celta. Allí reina Lot de Orkney en compañía de su esposa Morgause, hermana de Igraine, la madre de Arturo. La vida es dura en los largos inviernos y la moral relajada a causa de las costumbres de Lot y la ninfomanía de Morgause que, no obstante, dirige la corte con acierto y aconseja bien a su esposo en los asuntos de estado. Por el contrario, en Caerleon, sede de Arturo y Ginebra, los comportamientos se rigen por los principios cristianos, aunque la pasión de la Reina Suprema por Lancelot... supone un drama de traición y pecado. Este segundo libro se centra en dos personajes: la reina Ginebra y sus fanatismo por "cristianizar" el reino de Arturo, y en Morgana, inmersa en una crisis personal que la llevará primero a abandonar Avalon, después a la corte de Lot con su tía Morgause, y más tarde a Caerleon junto a su hermano Arturo y a su primo Lancelot. Tan consecuente es el excelente estilo de la autora, que si uno se descuida un poco puede llegar a creer que está leyendo una novela histórica más que un relato fantástico con unos personajes que no puede probarse que existieran históricamente.
3- El rey ciervo: La corte de Arturo se ha trasladado a Camelot, donde ha mandado construir un salón de enormes dimensiones para dar albergue a la gran mesa redonda, regalo de bodas del Rey Leodegranz, padre de Ginebra. Tras la gran batalla de Monte Badon en la que fueron vencidos los sajones, la paz se extiende por toda Bretaña; pero la Gran Sacerdotisa de Avalon acusa a Arturo de haber traicionado el juramento a la Madre Tierra representada por la Diosa, y en prenda del cual le entregó la espada Excalibur con su vaina mágica. Al no ser escuchada, decide visitar Camelot con ocasión de la gran fiesta de Pentecostés, en la que el Rey Supremo escucha las reclamaciones de sus súbditos e imparte justicia, y presentarse ante él para exponerle sus quejas como una súbdita más. Sigue la tónica de los dos anteriores volúmenes, pero con una marcada lentitud en el transcurso de los acontecimientos, ya que es necesario comprender la mitología celta para poder desentrañar el origen del drama. Más que narrar los sucesos acaecidos en la corte Camelot, es una crónica personal que recorre el alma de Morgana -llamada también el Hada Morgana o Morgana la de las Hadas- su traición a la suma sacerdotisa, su posterior arrepentimiento y por último la aceptación como La Señora del Antiguo Pueblo. En fin: bien escrita, introspectiva, con escasa acción y un ejercicio de política cortesana donde el amor, los celos, la traición, el incesto y una visión de los comienzos del cristianismo en las Islas Británicas parece envolverlo todo.
4- El prisionero en el roble. Con toda la mágica convicción y cadencia de una balada, LAS NIEBLAS DE AVALON evoca tanto a la Bretaña real como a la legendaria; desde las desesperadas guerras por la supervivencia contra los invasores sajones, al esplendor de Camelot y un mundo en paz. Y la tragedia que acompaña a la muerte de Arturo y la destrucción del resplandeciente mito que él encarnaba. lgraine, Viviane, Ginebra y Morgana, Elaine y Morgause, sus vidas y sentimientos, dan una dimensión completamente nueva a la leyenda de Arturo, porque se trata sobre todo de la visión desde la mujer. Así llegamos al final de la serie. Este último es un libro si cabe más introspectivo que el resto de la saga, donde los personajes destilan sus angustias; aquí se explica cómo el cristianismo se apoderó de los símbolos celtas más sagrados para ejercer su dominio espiritual. Una interesante visión de la Bretaña posromana y una novedosa y diferente interpretación de la leyenda artúrica.
Vale la pena leer con tiempo y tranquilidad estos cuatro volúmenes porque con certeza los disfrutarán.
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