Que esta élite de privilegiados y chantajistas profesionales, saltándose todas las normas básicas de convivencia y de conciencia, hayan pataleado sobre una sociedad angustiada sus protestas es sencillamente inmoral. La deslealtad se extiende al PP y sus críticas al Ejecutivo por haber publicado el decreto justo el día antes del puente. En esa protesta se encuentra implícita la aceptación del chantaje, la genuflexión al caciquismo de una élite. El precio ha sido muy alto, quizá impagable, pero queda el consuelo de ver caer, con la ley en la mano, los privilegios de una casta que a fuerza de sentirse imprescindible se creyó invencible. Los ciudadanos no lloraremos por ellos.
Emma Riverola
http://www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/20101206/chantaje-bajo-control/612409.shtml