Esta noche estaba especulando con la tragedia. Las tragedias son obras teatrales en las que los protagonistas son víctimas del destino, y por mucho que lo intenten no pueden escapar de sus garras.
Los clásicos griegos, Shakespeare, y últimamente La trilogía de “El Padrino”, nos muestran personajes atormentados en su lucha contra el azar, pretenden cambiar su destino, pero no consiguen parar el péndulo.
El día fatídico, un hombre, o un equipo, están dudando si desalojar el avión o dejar que continúe su viaje. Seguramente en un momento la balanza estuvo equilibrada, y la bola de la ruleta saltaba entre el rojo y el negro, entre la vida y la muerte. ¿Qué fue lo que hizo inclinarse la báscula hacia el lado oscuro?...
Estoy seguro que en el momento crucial, el dedo del destino se posó implacable en el platillo negro, porque, no nos engañemos, el destino siempre hace trampas.
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