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miércoles, 23 de diciembre de 2020

DE ENTRE LOS MUERTOS

 



Solo los que hemos sufrido este apagón somos capaces de entender el sufrimiento que conlleva una depresión profunda. Hoy en día a cualquier bajón se le llama estar deprimido, una semana agotadora, problemas económicos, conflictos con la pareja pueden hacer sentirnos preocupados, malhumorados o desmotivados, pero la depresión es algo mucho más grave.

Hace unos años y sin motivo aparente empecé a hundirme en mi mismo, no hubo un detonante, ni tan siquiera un móvil objetivo pero de repente empecé a tener miedo. Problemas que hasta entonces eran un juego de niños se me hacían inabordables, tenia terror a enfrentarme con mis trabajadores o mis clientes hasta el punto de esconderme cuando alguien asomaba a la ventanilla.
Me inventé, o me produje voluntariamente enfermedades para no asistir al despacho, me quedaba encerrado en casa sin ganas de levantarme, nada me interesaba, solo quería vegetar y evadirme de mi mismo. Descuidé mi aspecto, no me afeitaba, no me duchaba, vagaba por casa como un fantasma con la sabana del pijama, no tenia interés en la lectura, en la escritura, ni tan siquiera en la música.
Empecé a beber, lo que en principio era una pipa el fin de semana, se convirtió en dos o tres al día, entraba a saco en la nevera y comía compulsivamente y cuando entraba en los grandes almacenes tenía que salir cargado de artilugios. Pasaba horas llorando sin motivo, era un llanto amargo, desesperado y las lágrimas me abrasaban el rostro. En mis contados momentos de lucidez, me daba cuenta de que me estaba deslizando al abismo, pero no quería admitirlo, algo había tomado posesión de mi alma y me robaba la lucidez y la voluntad-
Procuraba disimular, pero ya no era el mismo, ya no sonreía, ya no era el alma mater de las reuniones, ya no contaba chistes y reía hasta la madrugada, solo quería desaparecer y a veces incluso, desaparecer del todo.
Un día me mire en el espejo y no me reconocí, aquel no era el hombre alegre, enérgico y soñador que yo conocía, era un esperpento de mi mismo que se burlaba desde el otro lado de la luna, me di cuenta que estaba en el punto de no retorno, un paso hacia adelante y me precipitaría en el vacío.
La escalada fue dura y con recaídas, gracias al apoyo incondicional de mi esposa, pude reemprender el camino de vuelta, fueron meses de dudas, de llanto, de incertidumbre, pero poco a poco, el sol volvió a iluminar mi existencia.
De vez en cuando el camino se estrecha y mis pies resbalan hacia el precipicio, pero ahora tengo a donde agarrarme, he aprendido a apartar la vista del abismo y mirar hacia adelante, he vuelto a tomar el control de mi vida, pero nunca podre olvidar que un día no muy lejano, regresé de entre los muertos.

domingo, 20 de diciembre de 2020

LOS HUEVOS DE LAS SERPIENTES

 



Últimamente leo en determinados medios unos ataques subliminales, pero constantes contra la democracia, algunos pescadores están aprovechando las aguas revueltas para llenar sus cestos de votantes incautos a los que provocan sibilinamente, morriñas de dictadura y tente tieso.

Que nuestro sistema político es imperfecto lo sabemos y lo sufrimos todos, que nuestros políticos o son corruptos o títeres del capital, lo estamos viend
o a diario, pero lo que está claro es que el camino de salida no pasa por un dictadura autárquica que nos hundiría en el túnel del tiempo si no por una puesta a punto de un sistema que necesita unos retoques en la constitución, en la jefatura del estado y en el caos autonómico.
Hay que reconstruir los tres pilares de la democracia, a saber; La sanidad, la enseñanza y la justicia, hay que limpiar de tiburones y especuladores la banca y las inmobiliarias para que pasen a ser lo que siempre deberían haber sido, empresas de servicios y no máquinas de corrupción y blanqueo de capitales.
La vivienda social en forma de alquiler, debería ser la norma generalizada, pisos dignos y adecuados a cada unidad familiar financiados por el estado y edificados sobre suelo público para evitar la especulación y la acumulación de dinero negro y para ofrecer un hogar digno y asequible a todos los ciudadanos.
El capital es una acumulación de dinero que se comporta como una bola de nieve, la hemos dejado crecer de tal manera que no hay gobierno ni país que pueda frenarla, no hay más que recordar la derrota de "Superman" Obama, por intentar introducir la reforma sanitaria en la cuna del capitalismo por excelencia, solo un frente común de todos los estados para eliminar los paraísos fiscales y unificar la legislación laboral y fiscal podrá poner freno a los desmanes y chantajes a los que las agencias de evaluación y los fondos monetarios, sus secuaces nos están sometiendo.
Pero la democracia debemos defenderla con uñas y dientes, no olvidemos, que las más grandes y sangrientas dictaduras de la historia, el nazismo y el comunismo, nacieron en unas épocas de crisis similares a la actual y que en el caso de Alemania, e Italia fueron votadas por los propios ciudadanos. La serpiente está incubando sus huevos, debemos aplastarlos antes de que eclosiones y acaben devorándonos a todos.

viernes, 18 de diciembre de 2020

INTERESES BASTARDOS

 



Siento como el hilo que me une a la clase política se hace cada vez más fino, demasiados desengaños, demasiadas esperanzas podridas en el frigorífico, demasiadas decepciones amargas.

Y ese hilo lo llevo atado del corazón, lo estira, lo ahoga, lo aprisiona hasta hacer que le falte el aire mientras intento sobrevivir en un mundo de intereses pactados, de silencios cómplices, de renuncias forzadas.
Quizás pertenezco a otro planeta porque no me gustan los pactos entre bambalinas, porque aún confío en el hombre, porque de momento no conozco mi precio, pero odio las calladas que otorgan y las genuflexiones serviles.
Soy un alíen en este mundo “políticamente correcto” pero terriblemente hipócrita, en este mundo de sonrisas vacías, de apretones de manos lacias, de gente que no te mira a los ojos.
Maldigo la política de intereses bastardos, el diálogo de sordos, los dogmas de partido, por eso y por tantas otras cosas, cada vez creo menos en las asociaciones, en los sindicatos, en las banderías.
Cuando los intereses del grupo prevalecen sobre los de los representados, cuando los personalismos son más importantes que los resultados y la verdad es el patito feo en la charca de las componendas, me dan ganas de recoger el hatillo y retirarme a la ermita de las cumbres a ver pasar la vida desde mi atalaya, pero cuando veo tanta gente desorientada, tantas manos que se tienden, tantos ojos que esperan una sonrisa, no puedo por menos que hacer de tripas corazón y seguir en la brecha con la esperanza de que jamás me deje arrastrar por la corriente.

martes, 15 de diciembre de 2020

ACCIÓN DE GRACIAS

 



Dicen que nací con la pluma en la mano, antes de saber escribir, contaba cuentos, mas tarde recreaba a mis compañeros de clase con mis “aventis”, facultad que me costó capones, coscorrones y más de algún fin de semana encerrado en clase.
Mi padre me recitaba poemas de Espronceda que yo parodiaba para jolgorio de mis amigos “Con dos cojones por banda…”, pero fue Bécquer quien me hizo tomar la pluma en serio y mojarla en la tinta de sus rimas.
Durante mi primera juventud atraqué de puerto en puerto entre tormentas de alcohol y marejadas de sexo hasta que una tarde se hizo la luz, se abrieron los cielos y apareció ella.
Toda mi poesía desde entonces lleva su impronta; amor, dolor, remordimiento, arrepentimiento;  juntos hemos pilotado la nave de la vida con pulso firme y rumbo decidido a pesar de mis devaneos con sirenas y odaliscas, pero no solamente ha sido mi musa, es también mi guía, mi timonel, la mano que corrige mis errores, que enmienda mis faltas y que tras arduas controversias acaba plasmando sus puntos y sus comas en mis poemas salvando los escoyos que la gramática y las licencias poéticas interponen en cada estrofa, en justicia, mis libros deberían ir firmados por ambos.
Desde estas páginas quiero agradecerle que nunca me soltó de la mano, que lo que a veces interpreté como una cadena era un abrazo salvavidas y que la sangre que corre por mis venas es la que brota de su corazón. No se si alguna vez podré devolverle todo lo que me ha dado, pero intentaré devolvérselo con creces aunque conociéndola, seguro que siempre estaré en deuda con ella.

sábado, 12 de diciembre de 2020

LA FALACIA DE LA INDEPENDENCIA HISPANOAMERICANA

 















Durante dos siglos se nos ha vendido que la guerra que supuso la independencia de la América hispana fue una guerra de liberación, cuando en realidad fue una guerra civil. Durante tres siglos, los criollos se repartieron las tierra y las riquezas de la indias, esclavizando a los nativos e importando esclavos africanos para cultivar sus latifundios. La metrópoli tenía la exclusiva en la relaciones comerciales y cargaba con sus impuestos a las haciendas coloniales, a cambio ofrecía cobertura militar y una armada para proteger el tráfico marítimo amenazado por corsarios y piratas de todas las nacionalidades.

Con el paso del tiempo, las familias más poderosas tomaron conciencia de su fuerza, y empezaron a presionar a la metrópoli para romper el monopolio comercial que les impedía negociar con las otras potencias, pero la corona se negaba en redondo a perder esas prerrogativas.
Cuando estalló la guerra contra Napoleón, muchos militares, como José de San Martin, lucharon en el ejército español contra los franceses, pero una vez terminada la contienda, España se encontraba sin ejército y sin armada, era el momento para dar el salto.
Los criollos acaudalados, descendientes de españoles, no se mezclaron con los indígenas, a los que despreciaban y seguían manteniendo a toda costa su "limpieza de sangre" tan solo se interesaban por ellos como mano de obra barata, o como enemigos a exterminar. Cuando intuyeron que era su momento se levantaron en armas contra los virreyes y las fuerzas de ocupación, la guerra civil había comenzado.
Fue una contienda entre españoles de un lado y otro del océano en la que los indígenas jamás se sintieron implicados y a los que se utilizó como y cuando convino por ambas partes. Lo que empezó como una revuelta contra la corona, terminó en una guerra global de todos contra todos en la que se asentaron los poderes que configuraron los nuevos estados fruto de los intereses de sus terratenientes.
Los "libertadores" acabaron expulsados o asesinados. Sucre murió en un atentado, San Martin, se retiró a Europa para evitar más derramamiento de sangre, y Bolívar, desprestigiado y enfermo se refugió en Santa Marta, mientras los nuevos virreyes se batían en una sangrienta guerra civil que perdura hasta nuestros días.
Os dejo un relato de Galiano que narra los últimos días de "El libertador" de una manera magistral.

"Baja la barca hacia la mar
Tierra verde, tierra negra. Allá lejos la niebla desvanece las montañas. El Magdalena se lleva a Simón Bolívar río abajo.
—No.
En las calles de Lima, están quemando su Constitución los mismos que le habían regalado una espada de diamantes. Quienes lo llamaban "Padre de la Patria" están quemando su efigie en las calles de Bogotá. En Caracas lo declaran, oficialmente, "enemigo de Venezuela". Allá en París arrecian los artículos que lo infaman; y los amigos que saben elogiarlo no saben defenderlo.
—No puedo.
¿Era esto la historia de los hombres? ¿Este laberinto, este vano juego de sombras? El pueblo venezolano maldice las guerras que le han arrebatado a la mitad de sus hijos en remotas comarcas, y nada le han dado. Venezuela de desgaja de la Gran Colombia y Ecuador también se aparta, mientras Bolívar yace bajo un sucio toldo en la barca que baja por el río Magdalena hacia la mar.
—No puedo más.
Los negros siguen siendo esclavos en Venezuela, a pesar de las leyes. En Colombia y en Perú, las leyes dictadas para civilizar a los indios se aplican para despojarlos. El tributo, impuesto colonial que los indios pagan por ser indios, ha vuelto a imponerse en Bolivia.
¿Era esto, era esto la historia? Toda grandeza se hace enana. En la nuca de cada promesa, asoma la traición. Los próceres se convierten en voraces terratenientes. Los hijos de América se destrozan entre sí. Sucre, el preferido, el heredero, que se había salvado del veneno y del puñal, cae en los bosques, camino de Quito, volteado por una bala.
—No puedo más. Vámonos.
En el río se deslizan caimanes y maderos. Bolívar, piel amarilla, ojos sin luz, tiritando, delirando, baja por el Magdalena hacia la mar, hacia la muerte."
Galeano.

viernes, 11 de diciembre de 2020

UN PAÍS ES UNA GRÁN FAMILIA

 



Imagina que unos vecinos que pasan hambre y son maltratados por sus padres se introducen en tu casa, ocupan tu salón y asaltan tu despensa, está claro que esos jóvenes necesitan ayuda, pero es el estado quien debe responsabilizarse del tema porque una familia no puede hacerse cargo `por sí sola de problemas tan graves. Una nación es una gran familia y no puede acoger los millones de migrantes que pugnan por entrar en su casa; ni la comunidad europea ni países como España, Grecia o Italia pueden afrontar por si solos esta avalancha por el mero hecho de ser territorios colindantes.
Un tema de esta gravedad es responsabilidad global de la humanidad, debe ser la O.N.U. y la UNESCO quienes se hagan cargo de esta pandemia y redistribuyan a los refugiados entre todos sus miembros, pero ante todo, deben acabar con esa situación política y económica que obliga a millones de familias a huir de sus hogares jugándose la vida, mientras no cortemos las raíces, esta hiedra venenosa seguirá creciendo y extendiéndose por el orbe hasta acabar invadiéndolo todo. 

Mientras las multinacionales sigan explotando África y Latinoamérica, tratando a sus habitantes peor que a esclavos provocado guerras, hambre, pandemias y miserias la humanidad no tendrá respiro, el día que esas mafias hayan quemado las selvas, saqueado la tierra y envenenado los mares nos daremos cuenta de la gravedad del problema, pero entonces será demasiado tarde.

jueves, 10 de diciembre de 2020

RESEÑA DEL LIBRO "TOQUE DE REBATO" DE José Luis Posa

 

Cada vez que tomo entre mis manos un libro de José Luis Posa me abrocho el cinturón, leer su poesía es un deporte de riesgo, pero sentarse al volante de “Toque de rebato” es como participar en el Paris-Dakar. José Luis es un poeta irreductible, indescriptible diría yo, ha creado un nuevo estilo, una nueva forma de creación poética que rompe todos los modelos, solo hay dos opciones una vez que te asomas a ese campanario, o te sumas a tañer de los bronces o te lanzas al vacío, es imposible soportar el repique de unos versos capaces de retorcer el torreón sin asirte a sus cuerdas y repicar con ellas.
Entre sus paredes encontraremos ciento ochenta poemas en pie de guerra, poemas que pugnan por escapar del confinamiento y volar hacia ese futuro que se nos está negando, poemas rebeldes pero a la vez tiernos y luminosos que nos guían a través del túnel, impagables sus elegias a Ernesto Cardenal y a Julio Anguita, dos hitos que a buen seguro trascenderán a su tiempo, por último agradecer a Shemirramis sus aldabonazos feministas, sin ellos un libro de José Luis Posa no sería lo mismo.
No puedo por menos que recomendaros su lectura, pero mucho cuidado, ataros bien los machos y tomar el volante con manos firmes, el rally puede ser brutal.
Ernesto Fuentes POESÍA INDIGNADA

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