Los tres problemas mas graves que tenemos en España tras las secuelas del Covid son los okupas, la violencia de género y los multireincidentes. ¿Para que pagamos millones a un poder legislativo que lleva cuarenta años sin poner remedio a esta lacra?
Que delincuentes con cincuenta detenciones salgan del juzgado antes que los policías que los detienen, que los okupas tarden dos años en ser desalojados de tu domicilio a no ser que llegues a un acuerdo con las mafias y les pague tres mil euros o que mujeres sean asesinadas por su pareja tras denuncias inútiles, son una muestra de la podredumbre de nuestros poder legislativo y judicial.
La reforma del código penal es una clamor de toda la sociedad al que los legisladores y políticos hacen caso omiso, la caldera está llegando al punto de ebullición; patrullas urbanas, empresas de desokupas y grupos de autodefensa armados están medrando en nuestras ciudades mientras en el congreso, los calientaescoños duermen o se pelean como gallos por ver quien la tiene mas larga o mas sucia.
La democracia está en manos de un poder judicial corrupto e incompetente y de unos legisladores vendidos e inoperantes, si no queremos que nuestras calles se conviertan en el FAR WEST, debemos despertar a hostias a estos lameculos de las poltronas antes de que las hostias y los garrotazos nos confinen a nosotros.
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