Todos sabíamos
quién era “el señor X” y muchos (no seamos hipócritas) aplaudimos la operación,
el problema es que fue una auténtica chapuza, una operación al estilo de “Anacleto
agente secreto” o de la “TIA” de Mortadelo. Los servicios de “inteligencia”
españoles, desde la época de Paesa (Caso Roldán) han sido un refugio de vividores
y mercenarios tal y como hemos podido comprobar
en el 11M en que acusaban a ETA o en los atentados de Las Ramblas en los que el
Imán de Ripoll, cerebro de la masacre fue informador del C.E.I. y que ni en uno
ni otro caso hubieran prisioneros a los que interrogar. Se habla de que al Imán
se la ha otorgado una nueva identidad (al estilo del FBI) aunque prefiero mirar
hacia otro lado, no sea que me dejen ciego.
La C.I.A. ha abierto el pastel, a ver quien tiene cojones de repartirlo.
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