Creemos que vivimos en una democracia, pero la verdad es que
deberíamos llamarle memocracia. Votamos listas cerradas en las que no conocemos
a nadie, listas impuestas por los partidos políticos según sus intereses y francachelas.
Cada diputado está obligado a votar según las directrices de su partido por la
llamada “obediencia de voto”, además solo los portavoces de cada grupo pueden
tomar la palabra, el resto solo puedo apretar el botón de SI o NO y yo me
pregunto ¿Por qué tenemos que mantener a cuerpo de rey a 350 diputados y 266
senadores si con uno por partido bastaría?.
Una vez escrutados los votos, cada portavoz tendría el numero de votos que le otorgaran
las urnas, de esta manera, con un solo diputado por cada grupo tendríamos los
mismos resultados que con actual sistema y nos ahorraríamos el dinero
suficiente para mantener las pensiones, la educación, la sanidad y la
investigación en los niveles que necesitamos. Podríamos fomentar la natalidad y
ayudar a los jóvenes a encontrar un trabajo digno y expropiar a la banca los
miles de pisos que les rescatamos para convertirlos en viviendas de protección
oficial. El senado desaparecería y el
poder judicial seria depurado eliminando el dedismo político en la elección de
los tribunales asegurando la división de poderes.
Tenemos el mayor número de políticos, coches oficiales y
asesores per cápita del mundo occidental,
una nube de sanguijuelas que dejan exhausta nuestra economía y nuestros
derechos y que en lugar de ciudadanos nos convierten en vasallos.
Cantaban los Sirex hace medio siglo “Si yo tuviera un escoba,
cuantas cosas barrería”, pues bien si yo tuviera esa escoba entraría en La
Zarzuela, en La Moncloa en San Gerónimo y en los cuarteles y los iba a dejar más
limpios que una patena, por el bien del país, de nosotros y de nuestros hijos y
todo ello si derramar ni una gota de fairy.
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