EL ABORTO, UNA TRAGEDIA EN CARNES VIVVAS

El aborto no es un derecho, ni una obligación ni un privilegio, el aborto es una salida de emergencia cuando todas las demás puertas se han cerrado y el fuego lame las espaldas. El aborto es un fracaso de la sociedad, de la educación y del sistema, una herida en el alma de la mujer que raramente cicatrizará .
El aborto no puede ser una moneda de cambio en los cambalaches políticos ni un slogan en las pancartas feministas, es una tragedia de la que todos debemos sentirnos víctimas y verdugos y no debemos considerar su liberalización como una victoria si no como una amputación y el reconocimiento de nuestra incapacidad para formar integralmente a nuestros jóvenes.
El aborto no es una responsabilidad exclusiva de la mujer, el hombre tiene las mismas obligaciones éticas y legales con respecto al embrión y debería asumir todas las consecuencias físicas y emocionales que recaen sobre la madre. Quienes se declaran "proabortistas" no saben lo que dicen, pero los que se declaran "antiabortistas" lo saben demasiado bien, como lloran las paredes de nuestras calles "Si los hombres parieran, el aborto sería un sacramento"