Durante 300 años, los sacerdotes cristianos fueron personas elegidas por el pueblo, tenían sus familias, sus trabajos, celebraban misa y enseñaban el evangelio, pero no llevaban ni sotana no distintivo alguno, las fieles les obsequiaban con regalos o con donaciones económicas para el mantenimiento de las casas de oración y conforme la comunidad cristiana se fue ampliando y enriqueciendo, algunos de sus ministros atesoraron honores y riquezas que transmitían a sus herederos. Cuando la iglesia y el imperio llegan a un acuerdo y empiezan a compartir lecho, los altos dignatarios religiosos se dan cuenta de que todo ese dinero podía quedar en manos de la curia y a partir del concilio de Nicea, se prohíbe ordenar sacerdotes casados y se les prohíbe el matrimonio, de esta manera, todo el dinero y bienes recaudados ya no revierte en los descendientes si no que pasan a enriquecer la arcas eclesiásticas, así comienza a forjarse la inmensa riqueza que ha llegado a atesorar el papado. Tras la caída de Roma, los papas se independizan de los césares y empiezan a montar su propio imperio hasta formar los Estados Vaticanos donde actúan como reyes, participando en guerras y alianzas contranatura, los conventos y abadías se convierten en auténticos castillos feudales con inmensas tierras en las que explotan al campesinado y a los frailes y monjas procedentes del pueblo llano. La iglesia llama a las cruzadas contra el islam para preservar la ruta de las especias que durante la edad media eran como el petróleo contemporáneo causando hambre, destrucción, plagas y miles de muertos, todo en nombre de dios, de ese dios que es la cruz de lo que jesús predicó con su palabra y con su ejemplo.
El celibato fue una maniobra financiera disfrazada de dogma que ha supuesto durante siglos, violaciones, abusos sexuales, corrupción y asesinatos en nombre de dios para mantener y acrecentar su poder en el mundo. La iglesia católica es la única secta cristiana que mantiene el celibato, fomentando y amparando en sus seno la corrupción y los delitos sexuales contra la infancia y la adolescencia a su cuidado. Tenia la esperanza de que le actual pontífice cerrara la puerta para siempre a esta tropelía, pero me temo que el botín es demasiado como para tentador para dejárselo escapar. Jesus dijo “Dad al cesar lo que es del Cesar”, pero estos fariseos lo quieren todo para ellos.
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