Recientemente se ha reabierto la polémica sobre la vida y la obra de Neruda y si se debe poner su nombre al aeropuerto de Santiago. Los detractores aducen que fue un violador, un misógino y que abandonó a su hija porque tenía una malformación congénita, los defensores nos hablan de su poesía, una de las más ricas de la literatura universal, de su obra social y de su influencia en la politica del siglo XX.
No busquemos dioses, todos "los grandes artistas" han sido seres conflictivos, Neruda, Dalí, Picasso, Borges, Mozart o Lennon, ninguno de ellos (ni de nosotros) resistiría una observación al microscopìo histórico, pero quizás, para compensar, las grandes virtudes se contrapesan con grandes defectos.
Creo que a los artistas, como a cualquier profesional, debemos juzgarlos por su obra y por su trabajo, a nadie se le ocurre pedir un certificado de conducta ética al mecánico, al pintor o al electricista que contratamos, nos basta con que haga bien su cometido.
Disfrutemos de su arte y dejemos de buscarles defectos porque si hiciéramos lo mismo con los seres que nos rodean y con nosotros mismos, acabaríamos solos y sin poder mirarnos al espejo.
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