Quien siembra odios, cosecha genocidios. Hay seres diabólicos portadores de maldad, de inquina, de resentimiento, de odio. Son mediocres, insignificantes, ignorantes, marionetas en manos del maligno que los utiliza para extender la cizaña entre la humanidad. Son los racistas, xenofobos, fascistas, nazis, supremacistas, de ellos se alimenta el el sexto jinete del apocalipsis, ese que se ha tomado la cabeza de los otros cinco y los dirige contra la humanidad en su conjunto. Ellos eran los ejecutores y torturadores en los campos de exterminio nazis, el los gulacs comunistas o en las prisiones de todos los dictadores que en el mundo han sido y serán. Utilizan muñecos vestidos de gitanos, de musulmanes, de negros, de sintecho, de migrantes y les clavan los alfileres de su frustración y su miseria moral.
Los poderes económicos los utilizan para desviar la rabia y la agresividad del pueblo hacia las minorías étnicas a las que cargan con todos los delitos que sólo ellos han generado.
En estos momentos, España se ha convertido en un avispero azuzado por los partidos de la ultraderecha que pretenden incendiar ese bosque de incomprensiones para arrasar esta sociedad y crear en los terrenos calcinados su mundo infernal que sus dirigentes sueñan.
Espero que tengamos la lucidez y la inteligencia suficiente para estrechar manos, para sembrar abrazos, para escuchar y para acoger a todos aquellos que nos presentan como enemigos pero que son nuestros hermanos en la madre tierra. Arranquemos las malas hierbas y arrojémoslas a la hoguera del olvido antes que acaben con la cosecha y con la humanidad.
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