La auténtica justicia, es la versión humana del equilibrio universal, del orden cósmico, es la matemática que rige todas las leyes en las que el orden de los factores, no altera el producto, en la que no se admiten trampas ni excepciones. Hay quienes hablan de ella como "la ley de Dios", y puede que tengan razón si comprendemos que aquello a lo que llamamos Dios es tan inmenso como el cosmos, pero cabe en el corazón del hombre. El hombre bueno es justo por naturaleza, no necesita perderse en el laberinto de la ley, porque la ley universal palpita en su pecho e ilumina su alma. Cuando la ley deja de ser justa, en el término cósmico del concepto, se convierte en una dictadura y eso es lo que esta sufriendo la humanidad, la dictadura del dinero, del poder y de la miseria espiritual, la paz sin justicia es un cementerio de esclavos y planeta tierra es un mausoleo para unos y una cuneta olvidada para otros.
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