La humanidad evoluciona en un movimiento pendular, pasamos del feudalismo al absolutismo, del capitalismo al comunismo y de este, a la mafia estatal. De un tiempo a esta parte y como reacción al machismo ancestral, ha surgido un movimiento radical que algunos denominan "feminazi", pero yo prefiero llamar "Las nueva amazonas".
Segun la leyenda, las amazonas eran un pueblo matriarcal, todo el poder recaía en la mujeres y los machos solo se utilizaban como sementales o como esclavos, los hombres no tenian derecho alguno y eran despreciados y explotados por el sexo dominante, eran guerreras hasta el punto de amputarse un pecho para poder menejar mejor el arco. Este feminismo radical promueve la lucha de sexos, la superioridad de la mujer sobre el varón y la instauración de un matriarcado que de alguna menera seria el espejo del peor de los machismos.
Lo he repetido hasta la saciedad, no soy machista ni feminista, soy humanista. Como esposo, padre y abuelo de mujer, sufro en primer persona las injusticias sociales, laborales y sanitarias que sufren a diario, admiro su fuerza, su constancia y su tesón para sacar adelante sus familias y sus carreras sin renunciar a nada, disfruto de su ternura, de su amor y de esa capacidad para levantarse tras la caida y seguir adelante sin perder el paso, pero creo que el único futuro por el que vale la pena luchar es por la igualdad real, igualdad de derechos y obligaciones, igualdad de oportunidades personales y laborales. Todos viajamos en el mismo barco, rememos a la vez y en la misma diección en lugar de desgastarnos en luchas fratricidas, solo así conseguiremos que la humanidad sea una gran familia presidida por el amor, el repeto y la solidaridad, solo así saldremos adelante como especie, que la justicia nos haga libres e iguales, solo así venceremos a nuestros captores que no tienen sexo, ni rostro ni sentimientos, porque como Midas, todo lo que tocan, lo convierten en oro y el oro no se puede comer ni respirar.
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