Los políticos viven como
reyes, los reyes como sultanes, los banqueros como marajás, los obispos como
cardenales, y los cardenales como dioses.
Para cebar a esta chusma, los trabajadores malviven como esclavos, los parados como parias y los enfermos, encerrados en el corredor de la muerte. Con los jueces haciendo de inquisidores, la policía de guardaespaldas y los medios de comunicación hipnotizando a las masas, se creen que todo está atado y bien atado, pero se acercan los tiempos en que esas cuerdas adornaran el cuello de los genocidas.
Para cebar a esta chusma, los trabajadores malviven como esclavos, los parados como parias y los enfermos, encerrados en el corredor de la muerte. Con los jueces haciendo de inquisidores, la policía de guardaespaldas y los medios de comunicación hipnotizando a las masas, se creen que todo está atado y bien atado, pero se acercan los tiempos en que esas cuerdas adornaran el cuello de los genocidas.
Muchos de los que votaron
a esta chusma, se justifican afirmando que todos los políticos son iguales pero todo
sabemos que no todos lo políticos son ladrones, los ha habido incompetentes,
ineptos e ingenuos, pero jamás este país ha estado gobernado por una camarilla
de corruptos, corrompidos y corruptores como los que ahora asolan nuestras
vidas. Ni siquiera durante el franquismo se consintieron tantos pelotazos
contra los huevos del pueblo, tanta podredumbre en los platos de nuestra mesa ni tanta miseria en el porvenir de nuestros hijos.
Hay políticos malos y peores,
pero los que ahora nos exprimen son simplemente verdugos.
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