Lo que en realidad me compensa de los años de esfuerzo que supone publicar un libro no es el dinero que recibes con la venta de cada ejemplar, es saber que quien lo compra no lo hace porque está de moda y acaba cubierto de polvo en una estanteria, lo adquiere para leerlo, compartirlo y hacerlo suyo, por eso, cada entrada en mis blogs, cada comentario, cada lectura, es mejor regalo que puedo recibir, y el acicate para seguir escribiendo.
Cuando pienso que más de dos millones de personas me han obsequiado con sus visitas y sus comentarios no puedo por menos que considerarme afortunado, afortunado por hacer lo que me gusta y poder compartirlo con todos aquellos que en verdad son mis amigos.
Cada libro que introduzco en el buzón con una dedicatoria, es la mayor recompensa que puedo recibir, cada entrada en mis antologias poéticas un abrazo de almas que comparten mis sentimientos. Cuando hace cincuenta años tejí mi primer verso no podia prever el camino que me esperaba, pero al volver la vista atrás, aun puedo ver a ese adolescente en la puerta del colegio que entre clase y clase trazaba su destino en las arrugadas páginas de un bloc.
Han pasado diez lustros pero mi alma es cada vez mas joven, mi corazón late con mas fuerza y mis ojos vislumbran mas allá del horizonte, espero que el destino pe sorprenda con la pluma en la mano.
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