Quien se dice poeta y no destapa, no se indigna y no denuncia la explotación, la injusticia y la barbarie no es poeta, es un gigoló de las letras, un paniaguado de la miseria que baila segun le tiran de las cuerdas. El poeta es la voz del pueblo, el eco del lamento y del gemido, el trueno que desgarra los silencios, el poeta empuña el arma de su verbo y fusila contra el muro de la vida, la mentira, la farsa y la ignominia. Si no sientes correr entre tus venas el magma de la rabia contenida, si tu pluma no dispara ráfagas de ira hecha palabra, no te llames poeta, eres a penas, un fantoche bailoteando en el mediático circo de las masas.
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