En estos momentos difíciles en la historia de España, en unos momentos de enfrentamiento entre Cataluña y el estado central se echa de menos la mediación del jefe del estado, rey de las Españas y conde de Barcelona.
Llevo semana esperando de su autoridad que reúna a ambas partes y les obligue a negociar hasta llegar a un acuerdo, que actúe en su calidad de arbitro constitucional y proponga opciones y alternativas, pero el monarca se ha refugiado en La zarzuela y solo asoma la corona para asistir a desfiles militares y a conmemorar efemérides discutidas y discutibles, pero lo que es mojarse, no se moja ni para pescar.
La corona tenia una ocasión única para ganarse el apoyo del pueblo haciendo honor al papel que le otorga la constitución y hacer valer esa supuesta autoridad moral que le confiere la monarquía, pero me temo que en este país, el honor, la coherencia y la ética son palabras a desaparecer del diccionario de la RAE y que políticos y testas coronadas ya no nos piden la vida en combate, pero la hacienda… la hacienda nos la confiscan con impuestos y regalías que solo sirven para cebar estómagos agradecidos y perpetuar el imperio de la iglesia y el capital.
¡God save the Queen! cantan los británicos, los hispanos solo pedimos que alguien, sea dios o sea el diablo, nos salve a nosotros.
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