Debajo de los puentes, aunque sean los glamourosos puentes del Sena, la aguas se arrastran espumosas, las ratas anidan y procrean y los desherdados recojen sus miserias. Siempre hay rincones donde la luz no alcanza, dosnde las aguas hieden, donde la muerte acecha.
Los barcos aceleran su marcha como huyendo de humedos fantasmas, mientras las sombras se espesan esculpiendo la niebla. Cada mundo contiene un inframundo, y hasta los cielos ocultan sus sentinas. Paris era una fiesta, pero anoche, ardió Paris, y al mundo se le cortó el aliento.
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