Hasta los años 50, la alimentación era natural, los
cultivos se abonaban con productos organicos, las semillas eran seleccionadas por
el propio agricultor y el ganado se criaba al aire libre alimentado de pastos y
cereales naturales. Apenas su utilizaban insecticidas, las aguas no estaban
contaminadas y se conocían las propiedades de las hierbas, las
plantas y los hongos, en los ríos medraban los barbos, truchas y cangrejos y en
el mar, los peces aun vivían entre impolutas aguas.
No existían las granjas industriales ni las piscifactorías,
los huevos se recogían día a día y la miel todavía era pura de abeja.
Con la llegada de la industria alimentaria se instauró el
refinado integral, el azúcar, la sal y las harinas fueron blanqueadas con sosa
y tratadas con todo tipo de químicos hasta privarlas de de minerales,
vitaminas y oligoelementos, la sal marina quedó reducida a cloruro sódico y el azúcar
a sacarosa empobrecida. El pan dejó de ser tal, las nuevas variedades de trigo producían
el doble por hectárea y las harinas integrales, morenas y ricas en fibra y
minerales fueron sustituidas por harina blanqueada desprovista de sus
principales nutrientes, el pan nuestro de cada día, dejó de ser pan.
El ganado porcino, aviar y vacuno pasó de los pastos a las factorías
industriales salvo excepciones como el
cerdo ibérico criado en dehesa o la ternera al aire libre entre pastos y
encinas, lo pollos y los huevos pasaron a ser sucedáneos pediendo todo su sabor
y sus propiedades alimentarias, además fueron sometidos a tratamientos
hormonales y antibióticos altamente perjudiciales para la salud.
Con una alimentación tan desnaturalizada, el cuerpo, falto
de nutrientes esenciales, enferma, y si además absorbe conservantes, colorantes
y saborizantes, es seguro que acaba envenenado.
Si queremos recuperar el equilibrio vital, hemos de consumir
tan solo alimentos naturales, frutas y verduras ecológicas, miel de abeja y aceite
de oliva virgen evitando el azúcar blanco, los precocinados
y todo tipo de comida basura, así como lácteos y carnes industriales. En unos
meses, el organismo irá recuperando su equilibrio, un complemento a base de oligoelementos, vitaminas y
minerales no sintéticos ayudarán a la recuperación y al mantenimiento de la
salud.
Un cuerpo bien alimentado, es un cuerpo sano, un cuerpo cebado
con comida basura será pasto de todo tipo de enfermedades y carne para los
buitres de la farmafia, la elección está en tu mano, si quieres, puedes.
JUANMAROMO