Ha pasado el DIA DE LA MUJER TRABAJADORA, y lo pongo en mayúsculas porque se está desvirtuando la efeméride para convertirla en una especie de Día de la madre. Este día conmemora la muerte de un grupo de trabajadoras abrasadas en una nave por reivindicar sus derechos y la lucha eterna e inacabada por conseguir la igualdad de derechos ante la ley y ente la sociedad.
Cuando tenia dieciséis años, salía del trabajo y me iba al instituto mientras mis amigas salían con sus amigas, los fines de semanas me quedaba estudiando mientras ellas iban al cine con los novios.
Mas tarde la universidad, y mientras yo estudiaba y trabajaba, ellas salían por la noche de bares y discotecas, así hasta que terminé la carrera y pude establecerme por mi cuenta, entonces se giró la tortilla, yo empecé a ser económicamente suficiente mientras ellas seguían atadas a un sueldo y a un horario draconiano. Muchas buscaron la salida casándose, unas tuvieron mas suerte que otras, mientras algunas pudieron quedarse ejerciendo de amas de casa, otras tuvieron que seguir trabajando por partida doble, explotadas dentro y fuera del hogar.
Se dice que todas mujeres somos trabajadoras, pero se olvida con frecuencia que la mujer trabajadora lo es por partida doble y cotiza durante más de cuarenta años para pagar las pensiones no contributivas sin saber si luego alguien pagará las suyas. Años de estudio, de sacrificio, de trabajo para entrar en un mercado en el que se la considera ciudadana de segunda, con un sueldo inferior para un trabajo superior en calidad, dedicación y entrega.
No, señores políticos y empresarios, ayer fue el día de la mujer trabajadora, de la mujer luchadora, explotada y muchas veces pisoteada a dos bandas. No nos vendan la moto porque somos nosotras las que la hemos diseñado.
SHEMIRRAMIS
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