Imaginemos un coche que ha recibido un golpe, el planchista martillea la parte afectada hasta corregir la abolladura, luego la empasta y la pinta hasta que recupera su aspecto y fortaleza inicial, pero no se dedica a martillear toda la carrocería hasta dejarla lista para el desguace, pues bien esto último es o que hace la farmafia.
La medicina natural protege la carrocería frente al oxido y la corrosión, de esta manera, la plancha será mucho más resistente en caso de un percance, y en caso de que esto suceda, actuará solamente sobre la zona afectada y durante el menor tiempo posible mientras que la medicina industrial pintará de nuevo todo el vehiculo sin antes haber corregido el oxido y la podredumbre.
El vehiculo tratado con un método inteligente, superará el paso del tiempo y mantendrá su aspecto y su buen funcionamiento, por el contrario, el que cayó en manos de los especuladores sanitarios soportará centímetros de pintura intentando ocultar una plancha oxidada, podrida y abollada que al próximo encontronazo se descompondrá por si sola.
JUANMAROMO
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