Tú y yo somos dos nubes
flotando por el cielo de la vida
nubes blancas como algodón en rama
nubes negras cargadas de pedriza
nubes rojas, preludio del infierno
nubes rugientes blandiendo sus espadas
pero no hay viento ni niebla ni tormenta
que consiga romper nuestros abrazos
que evapore el fervor de nuestros besos
que separe tus manos de mis manos.
Y regamos con lágrimas la tierra
y sembramos la lluvia de la vida
fecundando los campos agostados
dando sombra y cobijo a las espigas.
Cuando el sol se retire agonizando
y la luna recoja su testigo
seguiremos prendiendo
el horizonte
con el fuego frutal de nuestro vino.
JUANMAROMO
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