La corporación
pornoestetica cierra sus puertas tras 30 años de fomentar complejos, potenciasr insatisfacciones y convertir el cuerpo humano en un puzzle en el que quitar,
poner y remodelar piezas según sus
propios cánones y valores.
En estos años, cientos de miles de adolescentes se
implantaron silicona en el pecho que al cabo de unos años tuvieron que
extraerse, se realizaron liposucciones que dejaron cicatrices y secuelas de por
vida y miles de rostros pasaron a ser unas máscaras impersonales e inexpresivas
tras las que se escondían la frustración y el fracaso. Varios miles de
operaciones desastrosas, denuncias por mala praxis, promesas incumplidas y
publicidad engañosa no fueron razones suficientes para frenar su auge, había
listas de espera y los precios se disparaban ante tanta demanda, las pantallas
empezaron a parecer desfiles de muñecas de cera siliconadas y deformadas, la
publicidad y el fotoshop crearon cánones prototipos tan irreales que había que
pasar por quirófano para entrar en el edén, "sin tetas no hay
paraíso" era la frase de moda, pero esas tetas eran mas falsas que la
manzana de Eva y mucho más peligrosas.
Ha sido necesarios ocho años de crisis para acabar con esa
barbarie, no la han rematado las leyes, la cordura o el sentido común, ha
tenido que ser la falta de combustible lo único capaz de parar esa máquina
infernal. Pero no nos hagamos ilusiones, los huevos de la bestia están a buen
recaudo y tarde o temprano, la serpiente volverá a eclosionar, espero que esta
vez, estemos preparados para machacarla antes de que ella nos debore a
nosotros.
JUANMAROMO
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