Hay dos momentos cruciales en la vida de toda persona, la primera vez que programas el despertador para acudir a tu primer trabajo y la ultima vez que lo apagas porque al dia siguiente ya estarás jubilado.
Entre estas dos fechas, toda una vida de lucha, de sueños, de amor y de dolor, cuando tu vida laboral empieza a los 15 años, este periodo abarca medio siglo, medio siglo en el que estudiaste, te enamoraste, te casaste, tuviste hijos, superaste todo tipo de crisis, y formaste parte de la historia.
Al principio la vida era generosa, te obsequiaba con salud, energía, e ilusiones, cada amanecer era un desafío, el futuro era una pagina en blanco donde escribir tu historia sin miedo a echar algún borrón, había infinitas hojas para llenar, o al menos eso te creías.
Un día tus hijos montaron sus propios nidos, empezaron faltar compañeros de viaje y el camino se hizo un poco más duro, ya no solo cargabas esperanzas, empezaste a cargar con gafas, achaques y miedos, un abrazo dejó de ser un protocolo para ser una necesidad y la mano de tu compañero de viaje, el cayado en el que apoyarte el resto del camino.
Un día como hoy alcanzas un fin de etapa, la etapa del trabajo, la competitividad y la lucha, miras hacia adelante y te ciega el resplandor, ahora tendrás todo el tiempo del mundo, pero ya no tendrás excusas para desaprovecharlo, podrás dedicarte a vivir, a amar y a compartir tu tiempo con esa familia a la que tenias un poco marginada.
Siempre hemos dicho que el futuro empieza hoy, pero nunca mejor dicho que en ese día en que el despertador pasa a se un objeto de adorno y te liberas de la dictadura de cronos, procuremos mimar a Eros y a Minerva para recolectar con largueza todo lo sembrado, el vino será más generoso, y las rosas más fragantes.
JUANMAROMO
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