Hoy ha caido otra rama del arbol de los Alba, una estirpe castellana que medró en el saqueo de Granada y más tarde en las sangrientas represalias contra los independentistas de Flandes. Grandes de Espàña, grandes en ambición y crueldad, señoritos de Andalucia y adalides de la religíon y el imperio.
Al gran duque de Alba, aun se le recuerda en los paises bajos por los saqueos de sus tercios y la ferocidad de sus condenas, pero ya se sabe que una gota de sangre azul vale mas que los rios de sengre roja que vierten sus hachas o sus espadas. El arbol multicentenario ya está podrido y tarde o temprano caerá y se concertirá en cenizas. Los troncos nobiliarios de rancio abolengo necesitan sangre para crecer y sudor para medrar, y en la actualidad han sido barridos por las hiedras de bancos y multinacionales, menos vistosos pero igual de letales.
Descansen en la misma paz en la que dejaron vivir a sus vasayos, lo único que me consuela es pensar que en el mundo a donde se dirigen, no existen paraisos fiscales y por muchas indulgencias plenarias que compraran a la purria vaticana, tendran que dejar todas sus posesiones en la aduana. Que dios les tenga en la misma gloria que dejaron disfrutar a sus vencidos.
JUANMAROMO
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