A veces siento que el alma es un abanico inmenso, infinito, eterno, un arco iris de pasiones, deseos y sentimientos que se solapan y se mezclan formando una aurora que nos comunica con el cosmos. El alma es un universo insondable, profundo y gravitatorio como un agujero blanco, un remolino energético que en lugar de secuestrar la luz la genera y la libera.
El cosmos es una matrioska de infinitas muñecas, aun no sabemos cual es la primera y cual será la última, cual es la infinitamente grande y cual la infinitamente pequeña, pero sí que nosotros formamos parte de ese orden perfecto por mucho que a veces nos propongamos desbaratarlo.
Lo que los legos llaman materia, los científicos le dicen energía pero yo prefiero denominarla vida, por encima de todo hay una fuerza omnipotente que nos asegura la armonía, algunos la llaman gravedad pero yo prefiero denominarla amor.
JUANMAROMO
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