La mayoría de los catalanes no son independentistas, la mayoría de los catalanes son hijos o nietos de emigrantes y tienen su familia repartida por todo el estado, la mayoría de los catalanes les gustaría formar parte de un estado libre, justo y democrático pero ya han perdido la paciencia y lo que es peor, la esperanza. En estos últimos años, la crisis la corrupción y la explotación por parte del estado central han creado, con toda razón un clima de desasosiego y confrontación que ha derivado en ese sentimiento de recelo y desconfianza a todo lo que viene de la administración del estado.
Si Rajoy y su gobierno hubiesen sido medianamente inteligentes hubiesen negociado un nuevo acuerdo fiscal, hubieran aceptado un concierto más justo, si Rajoy y su partido no fueran tan entupidos, hubieran permitido la consulta, que a buen seguro, como sucedió en Escocia hubiese resultado muy equilibrada, y en unos meses nadie recordaría el episodio, pero la maldad y la estupidez acostumbran a caminar de la mano. El gobierno central ha creado un clima de confrontación que ha hecho que muchos catalanes que hace dos años hubieran votado No, ahora votaran SI, ha fomentado el independentismo y ha sembrado el odio hacia Catalunya en el resto de España, el peor y más grave de todos su errores, nadie quiere estar en una casa donde se le odia.
Los socialistas han reaccionado demasiado tarde, si en lugar de ofrecer ahora un estado federal lo hubiesen planteado hace unos años, nada de esto hubiese sucedido, pero nuestros políticos, de uno u otro color no han llegado más lejos que más allá de su ombligo.
Muchos españoles están amargados en este país corrompido, tiránico e injusto pero no tienen otro donde irse, los catalanes, cada vez más catalanes creen que si.
JUANMAROMO
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