Ayer leía en un periódico argentino "Un soldado no tiene que pedir perdón por servir a su patria", el articulo en cuestión hablaba del genocidio perpetrado por la junta militar liderada por Videla y sus congéneres. Un soldado, un subordinado, un hombre no debe jamás acatar órdenes que atenten contra su dignidad o sus principios, si lo hace se convierte en cómplice necesario de los crímenes cometidos. Los militares de las SS y los sicarios de los campos de exterminio alegaron en su defensa "obediencia debida" y así lo han hecho o volverán hacerlo violadores, torturadores o genocidas de todas la guerras o dictaduras, La guerra saca lo peor y lo mejor de nosotros, pero los crimenes cometidos por los dictadores contra su pueblo son la peor atrocidad que figura en los libros de historia. Cantaba Carlos Cano "Cada vez que dicen patria pienso en los hombres y empiezo temblar" y Samuel Jhonson nos recordaba que "El patriotismo es el último refugio de los canallas". Hoy que la única patria que existe el el capital, los ejércitos se han convertido en mercenarios, los policías en sicarios y los políticos en la voz de su amo "Vae victis" exclamo Breno ante las murallas de Roma, y vencidos seremos todos si no somos capaces de sacudirnos las cadenas.
juanmaromo
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