Para gobernar un país no hacen falta títulos universitarios, ni masters ni doctorados, para gobernar un país hace falta sabiduría, honradez, coherencia y un alto concepto de la justicia. Un presidente debe ser como el padre (o la madre) de una gran familia, debe organizar la hacienda, invertir los recursos, educar a los niños , cuidar a los enfermos y aprender de los viejos. Un presidente no debe saber de todo, pero debe formar y dirigir un equipo, ministros, secretarios y técnicos deben hacer el trabajo tecnocrático, siempre en función del pueblo a quien sirven y pertenecen. Un presidente no debe prometer lo que no podrá cumplir pero si cumplir lo que pudo prometer. no se doblegará ante los poderosos ni babeará ante los aduladores, mantendrá el rumbo sin dejar la embarcación al pairo. y afrontarà las olas con la proa y los vientos de popa sin dejar que le desgarren el trapo.
Un presidente debe ser un hombre del pueblo por el pueblo y para el pueblo, un presidente debe ser esa utopía cada vez más lejana que soñamos antes de la elecciones y no la pesadilla con la que nos despertamos después. Muchas veces me acusan de soñador, pero ¿de que vale la vida si no podemos soñar y seguir creando nuestros sueños?
JUANMAROMO
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