Todos tenemos un precio, todos tenemos una pasión o una fobia por la que venderíamos el alma a Satán. Todos alzamos la mano en un momento de la puja antes de perder lo que más deseamos para unos es el dinero, para otros el poder, para aquellos, el sexo, para tí quizás la fama, pero siempre hay algo por lo que estamos dispuestos a echar el resto, siempre hay algo por lo que arrojarías la baraja antes de mostrar tus cartas. Somos terriblemente frágiles, fingimos fortaleza, alzamos la cabeza y sacamos pecho, pero todos nos acurrucamos ante la soledad, ante la oscuridad del alma, ante el vacío, todos nos despertamos temblando y con los ojos en llamas, todos pedimos alguna que otra vez que el telón se desplome, porque no podemos seguir interpretando, porque hemos olvidado el libreto o porque hemos tomado un atrezzo que no es el nuestro.
JUANMAROMO
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