La mayor tragedia de la corrupción generalizada no es el expolio ni el caos ni la crisis, es la ruina moral de una sociedad que la acepta como inevitable aquello que jamás debió consentir.
Primero aceptamos el insulto, después la afrenta, mas tarde la humillación y al fin la esclavitud, me temo que estamos descendiendo hacia los abismos de una miseria moral en la que se hundirán para siempre nuestra dignidad y nuestros valores humanos.
Pero lo peor es la resignación atávica con la que aceptamos todo lo que nos están haciendo, nos cavan agujeros en los medios de comunicación, y nosotros enterramos la cabeza para no ver la realidad que nos asfixia.
El terror pánico a la libertad es el mensaje sublimal que llevan machacándonos con tanto ahínco que ya forma parte de nuestro genoma emocional.
No solamente nos están robando el dinero, nos están expoliando la dignidad, la utopía, el espíritu de lucha. No hace falta que nos encierren en jaulas como a los antiguos esclavos, la prisión más inexpugnable es la que nos cela en el interior de nuestro corazón.
JUANMAROMO
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