Pese a que la etimología de ambas palabras es muy similar, y
en el diccionario se les otorga significados concurrentes, la verdad es que
entre ambos conceptos existen diferencias abismales.
La fidelidad es una cualidad pasiva, se limita a seguir a
una persona, a una ideología o a una bandera, su esencia es no traicionar, no
compartir, no amar a otra mujer, a otra bandera o a otra patria, no requiere
raciocinio ni pide complicidad sino obediencia, es la ciega servidumbre del
perro, no puede hacer otra cosa porque está grabada en su hipotálamo.
La lealtad es mucho más compleja, la lealtad es un
compromiso inquebrantable, es una decisión tomada con el corazón, pero también
con el cerebro, es una mano tendida de por vida en la salud y en la enfermedad,
en la pobreza y en la riqueza, una mano que ni la muerte será capaz de separar.
La lealtad exige contrapartidas, no es un instinto ciego, es
un lazo recíproco entre amigos y entre amantes, entre ciudadanos y gobernantes,
y se renueva día a día como el amor, como la amistad. Un hombre puede serle
fiel a la mujer, no tener amigas ni novias ni amantes, pero dejarla en la
estacada cuando le necesita, escurrir el bulto ente los problemas y portarse en
casa como un califa, ese hombre nunca estará cuando se le necesite, siempre
tendrá una excusa, una coartada para pasar de todo, eso sí, su fidelidad pasaría
la prueba del algodón, posiblemente porque sus necesidades físicas y
emocionales tienden hacia otros horizontes, el juego, el alcohol o los amigos
pueden ser enemigos mucho más peligrosos que otra mujer, puede que este señor
llegue a casa a cenar, se meta en la cama y desaparezca al amanecer, pero eso sí,
la frente de la sufrida esposa estará libre de mácula.
La lealtad es una de las virtudes que ennoblecen a la
persona, saber que puedes contar con alguien cuando, donde y como lo necesites
es una garantía cada vez más extinta en una sociedad egoísta y ególatra, pero
la iconografía popular siempre ha antepuesto las formas a los fondos y cada
vez se cotizan más alto las fachadas aunque sean en realidad de cartón piedra.
JUANMAROMO
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