LA LEY DEL SILENCIO

La Pporra genovesa declara la omertá y se enroca en su cueva. El silencio de los vampiros reina en las cavernas mediáticas y mientras el agua comienza a inundar la sentina, las ratas preparan el  el hatillo. Como toda mafia que se precie, cuentan con el apoyo de jueces y jerarcas de testa jorobada, unos comprados y otros amenazados. Los capos de la azzurra, enquistados en el tejido político y económico confian en que la tormenta amainará y que nadie se atreverá a usar el bisturí para arrancar a tanto parásito. Mientras el pueblo desesepera y pide justicia, la mierda desborda el inodoro y se extiende por toda las estancias, ministros, diputados, jueces y senadores están salpicados y a algunos la marea les llega hasta el cuello. España está a la deriva y los piratas solo piensan en abandonar el barco antes de que zozobre, lo malo es que los españoles no tenemos otro navío en el que embarcar. 
JUANMAROMO