A veces la vida se parece a una ciénaga, una pradera verde que
esconde un pantano de arenas movedizas, das los primero pasos confiado y cuando
quieres darte cuenta estas atrapado en el lodazal. Intentas escapar, pero
cuanto más te desesperas, más te hundes en el fango, de nada sirve tu fuerza, tu inteligencia ni tu
destreza, el abismo te va engullendo y si nadie lo remedia, acabará devorándote.
En esos momentos cruciales solo vale mantener la calma, moverte lo menos
posibles e intentar asirte a alguna rama, un hobby, un ideal, una causa, para
intentar mantenerte a flote, el tiempo trabaja en tu contra y el lodo de la
depresión llenará tus ojos y tu boca con su mortal veneno.
En ese trance
crucial es cuando se pone a prueba el amor de aquellos que te acompañan, una
mano, una liana, una cuerda a la que asirte, puede significar la salida del
pozo y el comienzo de una nueva vida, pero nunca tires de ellos con
desesperación, de lo contrario, podéis acabar ambos enfangados y entonces, no
habrá escapatoria posible.
JUANMAROMO
No hay comentarios:
Publicar un comentario