En la escalera hacia la autodestrucción cada peldaño desparece una vez traspasado, al principio puedes dar un salto y superar el escollo, más tarde deberás utilizar la uñas y los dientes para intentar escapar del abismo, pero cada paso que das hacia el fondo se transforma en una trampa de la que es más difícil escapar.
Hay muchos vientos que nos empujan hacia este sumidero, la depresión, los miedos o los celos, cada uno tenemos un remolino en nuestro corazón , es como un agujero negro que aniquila la paz, la alegría y la esperanza, la puerta de nuestro propio infierno del que ni la muerte puede liberarnos ¿no queda pues esperanza si nos alcanza el vórtice siniestro?.
No hay peor enemigo que la soledad, no esa soledad física que a veces nos reconforta, sino esa soledad existencial que nos aísla, nos margina y que nos hace presa fácil de los demonios del alma. Solo el amor, el amor verdadero, es capaz de redimirnos de tamaña condena, solo una mano fuerte, generosa e incondicional nos dará soporte para emprender la escalada, pero nada, nada será posible sin la voluntad indomable de escapar de la muerte, de esa muerte solapada que nos deja seguir respirando para alimentarse de nuestro sufrimiento y nuestra desesperación, y que intentará atraer hacia ella a todos aquellos que intenten rescatarnos.
La familia y los amigos son los únicos que uniendo sus manos y su amor podrán tender una escalera que nos permita ascender de nuevo hacia la luz, los únicos que un día nos estrecharán entre sus brazos cuando hayamos conseguido escapar de los infiernos.
JUANMAROMO
No hay comentarios:
Publicar un comentario