Durante los años de euforia, los responsables financieros de los bancos y sobre todo de las cajas, autorizaron la concesión de créditos muy por encima de sus posibilidades. Como ellos cobraban en función de los "beneficios" inmediatos, les interesaba hinchar los balances para poder justificar sus sueldos millonarios. Cuando su capacidad crediticia se vio desbordada, recurrieron a endeudarse con los grandes bancos alemanes y franceses, que a su vez concedieron créditos de dudosa solvencia ayudando a inflar la burbuja. El problema es que mientras las hipotecas se firmaban por 30 años, los prestamos de la banca europea vencían entre los cinco y diez años, cuando los deudores empezaron a devolver los recibos, las cajas se vieron en la imposibilidad de cumplir sus compromisos, pero en lugar de retroceder, se lanzaron a una loca huida hacia adelante pagando los interese con nuevos préstamos, el sistema financiero español se convirtió en una estafa piramidal.
Cuando los responsables de estos reinos de taifas, la mayoría políticos o nombrados por ellos se percataron de la hecatombe, blindaron sus despidos con cifras millonarias, de tal manera que al ser cesados o jubilados por tamaño desfalco, no solo no les fueron confiscados sus bienes si no que aumentaron su patrimonio en millones de euros.
Lo más disparatado de la cuestión es que mientras los que impagaron la hipoteca fueron desahuciados de sus
casas y quedaron endeudados de por vida, los que las aprobaron aun a sabiendas que no podían ser reembolsadas seguían en sus
puestos como si nada hubiese sucedido, mientras los deudores de Bankia están en
la calle , la entidad, con todos sus intocables, reciben un préstamo de 26.000
millones de euros, que debemos devolver entre todos los españoles.
La solución a este expolio pasa por expropiar los
bienes de sus directivos e implicados, poner el activo inmobiliario a
disposición del estado y colocarlos en el mercado a sus precios reales, en venta
o alquiler siempre como viviendas de protección oficial, pero si estudiamos
la composición de la junta directiva, vemos que la mayoría son políticos del PP,
o amigos y familiares colocados a dedo en la antigua Caja Madrid, y por sonsiguiente gozarán de impunidad perpetua.
Y por último, saber, que La Caixa, se ofreció a absorber
Caja Madrid y sanearla pero la Sra Aguirre y sus acólitos prefirieron la quiebra antes de que la joya de la corona pasara
a manos de una entidad catalana.
Así son las cosas y así se las hemos contado.
JUANMAROMO
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